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Mila Ximénez enseña su nueva cara: "Tengo grasa del ombligo en los labios y el cuello nuevo"


    Informalia

    Un mes después de pasar por el quirófano, la tertuliana ha mostrado su nuevo rostro: más joven, más terso y más relleno. Feliz y satisfecha con su 'regalo de cumpleaños', cuenta los detalles de su rejuvenecimiento: "La intervención duró cuatro horas y media y tenía mucho miedo a la anestesia por si no despertaba". Lo que no ha contado es que se ha operado con el médico que retocó en su día a Isabel Pantoja y a Encarna Sánchez, las amigas de la periodista.

    Mila Ximénez (65) reaparece y muestra orgullosa su nuevo rostro tras someterse a una operación de cirugía estética. Fue el pasado 3 de junio y ha guardado reposo hasta ahora: "He tenido muy poco dolor pero sí molestias, era incómodo, sobre todo porque tenía que dormir boca arriba. Me queda aún tiempo de recuperación, dentro de seis meses o un año lucirá más el cambio". La operación, según desvela en Lecturas, ha consistido en un lifting y un levantamiento: "Me han levantado toda la parte fláccida de la cara y me han quitado la piel que sobraba. El mayor trabajo ha sido en el cuello, me lo han hecho nuevo", dice orgullosa.

    El resultado es muy natural y no ha dejado rastros visibles: "No tengo puntos en ningún sitio, los de los 400 puntos era una forma de hablar, me han hecho una microcirugía y tengo pequeñas grapitas que se van cayendo solas. Me puedo hacer coleta, no voy a tener cicatriz, las odio", afirma.

    Su sonrisa también es de estreno: "Me ha subido los labios y me ha puesto grasa natural de mi propio cuerpo, de mi ombligo. Me ha hecho un relleno natural y es para siempre, no desaparece".

    El responsable de estos cambios es el mismo cirujano que operó a Richard Gere y pidió a Mila fotografías de la época en la que mejor se encontraba: "Le di imágenes de cuando tenía 30 o 35 años, me vine arriba". Ahora, se siente una mujer nueva: "Tenía mucha inseguridad cuando me veía en televisión o en algún reportaje. No me gustaba mirarme, me dolía y a veces lloraba. Tenía la autoestima por los suelos". Eso sí, hay cosas que siguen igual que siempre: "Vengo con la misma fuerza y la lengua igual de larga que antes", asegura.