Agnese Landini: así es la mujer de Matteo Renzi, la 'prima donna' que conmueve a Italia
- Apoyó al primer ministro la noche de su derrota en la urnas
J. Moriarty
La vida no termina para Matteo Renzi después de haber perdido de forma estrepitosa el referéndum que él mismo había convocado para la reforma política de su país. El hombre más poderoso de Italia hasta el domingo pasado dimitió después de que los votantes le negaran su apoyo. Pero este abogado, que no ha cumplido aún los 42 años, contó en el momento más amargo de la derrota con la madre de sus tres hijos, la profesora Agnese, con la que se casó cuando ella tenía 22 años. Las imágenes de esta mujer junto a su marido, en la triste noche, han dado la vuelta al mundo y han conmovido a Italia. Discreta pero calificada por algún medio como 'Top model' por su esbelta figura, es muy distinta de otras primeras damas, ¿o alguien encuentra parecidos con otra 'prima donna' como por ejemplo Melania Trump?
Matteo Renzi y Agnese se casaron un 27 de agosto de 1999. Tienen tres hijos: Francesco, de 15 años, Emanuele, de 13, y Ester, de 10. El pasado 11 de noviembre Agnese Landini cumplió 40 años como 'segunda dama', ya que en Italia formalmente la 'primera dama' debería ser la mujer del presidente de la república. En este caso, el jefe del Estado, Sergio Mattarella, es viudo: su mujer, Marisa Chiazzese, falleció de cáncer en 2012. Por tanto, la señora de Renzi es lo más parecido a una 'Michelle Obama' que hasta ahora tenían allí. Ella dijo cuando su marido llegó al cargo allá por el invierno de 2014, que prefería que no la llamaran Primera Dama.
Profesora de Literatura, Historia y Latin, es una apasionada de la música clásica y de la ópera, y una católica practicante (uno de sus dos hermanos pequeños es sacerdote). La señora de Renzi, la misma que paseaba a finales de octubre con Michelle Obama por los jardines de la Casa Blanca, ejerce en un pequeño pueblo de Florencia, cerca de la preciosa ciudad donde su marido fue alcalde antes de convertirse en el hombre más poderoso de Italia.
En lugar de seguir a su marido hasta Roma para residir en el Palacio Chigi, residencia oficial del primer ministro, Agnese decidió quedarse con sus tres hijos en Pontassieve, localidad de apenas 20.000 habitantes y perteneciente a la Toscana que la vio nacer un otoño de 1976. No le gustaba demasiado el palacio romano, al menos para vivir, un maravilloso edificio de 1580, en plena Piazza Colonna junto a la Via del Corso, con patios, jardines y fuentes.
Este domingo, Agnese estuvo en la Sala de los Galeones de ese palacio en el que no quiso residir de forma permanente. Estuvo allí para apoyar a su marido en el día más triste de su carrera política, lo hizo para que Italia y el mundo entero vieran que Renzi no lo había perdido todo tras la derrota sufrida en el referéndum que ha acabado con su dimisión, aplazada para que se aprueben los presupuestos, y con su carrera política. Nada de vestidos impresionantes. Ni rastro de su modista preferido de las grandes ocasiones, Ermanno Scervino. Agnese, serena, con media sonrisa, las manos sujetas por delante, como rezando, vestida con un jersey beis de cuello alto y pantalones negros, estaba a su lado mostrando su complicidad y su cariño, en la tristeza.
Una distancia interestelar separa la imagen de esta mujer de las de las parejas de otros primeros ministros y mandatarios, como las de Silvio Berlusconi en Italia, Donald Trump en EEUU, o Carla Bruni, ex primer dama francesa con Sarkozy. Nunca la mujer de un primer ministro italiano había apoyado a su marido en estas circunstancias: ni la mujer de Bettino Craxi (Anna María Moncini), ni la de Giulio Andreotti (Livia Danese), ni la de Carlo Azeglio Ciampi (Franca Pilla), la de Massimo D'Alema (Linda Giuva), la de Romano Prodi (Flavia Franzoni), ni las de Silvio Berlusconi (Carla Elvira Lucia Dall'Oglio, Veronica Lario o la actual Francesca Pascale). Agnese Landini, como buena profesora, ha dado una clase más, ha hecho historia.