Laura no quiere ser Matamoros: "Me interesa más ser Flores"
- La hija del colaborador de TV habla claro
Informalia
A sus 23 años, la hija de Kiko Matamoros y Marian Flores ya es una estrella. Desde su aparición y victoria en GH VIP, la joven está viviendo un verdadero ascenso al olimpo de la fama. Fruto de este éxito, las marcas apuestan por ella a la hora de promocionar sus productos. La última firma en contar con sus servicios ha sido Citroën, cuya presentación ha protagonizado. En la misma, Laura M. Flores ha dado sus motivos para dejar su primer apellido en una simple inicial.
"Una cuestión laboral", señala Laura cuando se le pregunta por el cambio en su apellido. Y es que pretende orientar su carrera hacia el mundo de la moda, en el que su tía Mar Flores es una referente que le puede abrir las puertas. "Me interesa más ser una Flores que una Matamoros", señala la ganadora del reality de Telecinco.
A pesar de todo, Laura se muestra orgullosa de sus dos apellidos: "Soy Matamoros, eso no me lo quita nadie, ni lo quiero quitar yo, Matamoros y Flores, eso está claro", declara.
Al igual que su hermano Diego, que también ha abreviado su apellido, Laura no mantiene la mejor relación con su padre, lo que no le impide hablar sobre la boda de éste con Makoke, su enemiga: "Vi algo de refilón", dice en referencia a las imágenes del enlace y justifica: "No sirve para nada mirarlas y enrabietarse con ese tema". Eso sí, reconoce que "todos iban muy guapos, no se me caen los anillos por decirlo". Tras el enlace, no obstante, sí que ha hablado con su padre: "Tenía unos temas pendientes, nada malo, que tenía que hablar con él y lo hicimos. Hablamos habitualmente, aunque no diariamente".
Al salir de GH VIP, Laura mantenía una relación de tres años con Miguel Maristany. Sin embargo, tras su estancia en la casa decidió romper con él. Meses después, volvió a encontrar el amor en la figura de Benji Aparicio, para el que solo tiene bonitas palabras: "Es empresario, no chef como muchos confunden, pero está bien confundirlo en ese sentido porque significa que se involucra en su trabajo, no cualquier empresario de restauración se mete directamente a la cocina para conocer lo que pasa de primera mano, eso dice mucho de él", dice y añade: "Si a día de hoy me veis bien, es por algo, confío en él y estamos al cien por cien".
Respecto a su madrastra Makoke, que comparte oficio con ella como bloguera, Laura prefiere evitar pronunciarse y tan solo se refiere a sus cualidades para desempeñar su nuevo oficio: "A mí la gente me sigue por mi naturalidad, no soy de las que se ponen el tacón desde por la mañana; suele ir sin maquillar y en vaqueros".
Preguntada acerca de si conoce al nuevo novio de Mar, el empresario mexicano Elías Sacal, Laura M. Flores contesta: "¿Cómo lo voy a conocer? ¡Hace semanas que no hablo con ella! Me enteré por la prensa". A pesar de no tener una relación tan íntima con ella, la joven revela que ve a su tía "muy bien y profesionalmente enfocada en su firma, está muy contenta", y reconoce que le pide consejo: "Claro le pido consejo, la tengo cerca y al ser familia te fijas más".