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Luis Martínez de Irujo y Adriana Marín: a vueltas con su boda 'ilegal'


    Informalia

    La Iglesia prohibió en 2006 las uniones eclesiásticas fuera de los templos autorizados para ello, es decir, al aire libre. El duque de Aliaga y la historiadora de Arte se dieron el "sí, quiero" en los jardines del palacio de Liria. ¿Es válida su boda?

    Celebrada en un entorno privilegiado, rodeados por más de 500 familiares y amigos, con música en directo y catering de lujo, la boda de Luis Martínez de Irujo (39) y Andriana Marín (30) parecía sacada de un cuento de hadas. Pero, como dice el refrán, "con la Iglesia hemos topado". Y es que tal como asegura El Mundo, el arzobispado madrileño está muy molesto con el nieto de la fallecida duquesa de Alba y su pareja por haberse dado el "sí, quiero" en los jardines de Liria y no en la capilla expresamente autorizada para ello, la misma en la que contrajeron matrimonio la mismísima Cayetana y Alfonso Diez, allá por el año 2011.

    Al parecer, los novios decidieron colocar el altar al aire libre, junto a un gran tapiz que reflejaba una escena de la Biblia y que le daba un toque más solemne al momento. Una decisión aprobada por el sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, confesor de doña Cayetana de Alba y amigo de la familia, que selló la unión de los dos jóvenes pero que no ha gustado al arzobispado. 

    Ante una situación así, el arzobispado podría dar por nulo en enlace entre los contrayentes, pero el cura ya ha dado un paso al frente para que no llegue 'la sangre al río': la ceremonia de los jardines fue una "recreación del matrimonio". Según publica El Mundo, cuando Luis Martínez de Irujo y Adriana Marín se intercambiaron los anillos ante sus invitados, ya eran marido y mujer. Se habían dado el "sí, quiero" una hora antes, en la capilla autorizada de Liria, como manda la Iglesia. Tal como ha asegurado el propio cura, este procedimiento es algo habitual: "Se hace a menudo, se casan un ratito antes y luego se hace una misa de Acción de Gracias con los invitados". Y añade: "El Arzobispado estuvo unos días antes comprobando que la capilla tenía todo lo necesario para celebrar el rito. Al ser tantísimos invitados, se tuvo que hacer la misa posterior en el jardín porque en la capilla no cabían", ha insistido Sánchez-Dalp.