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Alba Carrillo, contra Feliciano López: "Iba por ahí diciendo que yo era bipolar"

  • El culebrón del divorcio se recrudece

Informalia

Los hechos demuestran que Alba enjuaga sus penas con dinero: desde que asaltó la actualidad rosa en la portada de Hola, su divorcio se ha convertido en su medio de vida. Incluso puede ser que gracias a esta ruptura Carrillo haya conseguido ser presentadora de un programa. Tiene derecho a ello. Otra cosa es que el aumento del nivel de tensión entre la modelo y el tenista esté pasando del relato en fascículos de un desencuentro amoroso a una acusación más seria que tendría otro nombre y otras consecuencias legales. "Iba diciendo que yo era bipolar" y "decía que yo lo hago todo mal" son las últimas acusaciones de Alba Carrillo a Feliciano. "Si dijera barbaridades actuaríamos", afirmaba hace días el hermano del tenista.

Primero fueron las fotografías y la entrevista concedida al citado semanario, más tarde se han ido sucediendo en catarata declaraciones, algún reportaje robado sospechoso (la pillaron llorando en las Azores), y sobre todo el fichaje como presentadora de Mediaset, para el programa Hable con ellas, tal y como adelantó Ecoteuve y luego fue confirmado.

La tensión y la virulencia de su relato también va in crescendo. Cuando saltó la bomba en aquella primera portada que abrió el fuego mediático la explosión fue controlada: "Feliciano me ha pedido el divorcio de manera fría y distante". Fue la expresión más fuerte, al menos la elegida por la publicación para 'vender' su exclusiva. Luego empezaron a volar los cuchillos, cada vez más afilados.

A estas alturas, Alba ha llegado a reconocer que mintió en aquellas primeras declaraciones vendidas a la revista y admite que se arrepiente de su 'moderación'. "Tenía que haber sido más dura y contar la verdad". O sea, que sí, que mintió. Dicho de otra manera: administró sus palabras. Ella explica ahora que lo hizo "para protegerle a él o a su familia" pero tal vez se olvida de que lo hizo cobrando.

Casi cada día, un medio, televisión, periódico, revista o digital incluimos a Alba Carrillo entre las noticias, una señora que 'ha roto su silencio' demasiadas veces desde que lo desgarró a golpe de exclusivón.

El problema es que el penúltimo capítulo de este culebrón que tan bien le ha venido al verano informativo empieza a tomar tintes menos laxos y mucho más preocupantes. En su relato interminable Alba ya utiliza expresiones que conducen a una situación muy seria y mucho más preocupante que un simple desencuentro sentimental de dos guapos famosos que representaban la felicidad.

Verbos como 'amenazó' o expresiones como 'llamar a la Policía'  se mezclan con afirmaciones como éstas: "Decía que hago todo mal" o "iba diciendo que yo era bipolar".

La nueva situación laboral de Alba Carrillo no favorece una relajación del enfrentamiento público que mantienen -no ya la modelo y el tenista- sino sus respectivas familias y círculos de amigos: el inminente estreno del programa de Telecinco que la ha incluido entre su plantel de presentadoras convierte el drama y el cada vez más violento reparto de golpes retóricos en el mejor cebo, la mejor promoción para su que majestad la audiencia se beneficie del recrudecimiento de este duelo. 

Decirle a una persona, a una mujer en este caso, que es 'bipolar', o repetirle que lo hace todo mal, o amenazarla (con llamar a la Policía, tal y como relata la propia Alba este martes en Abc, es mucho más que una pelea de enamorados.

Y si no fuera verdad, se trataría de algo más que una simple (y presunta) 'mentirijilla'. Y más si ha habido dinero de por medio.