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Ana Boyer y Alba Carrillo: dos maneras de querer a un tenista de élite

  • Una lo deja todo por amor; la otra no cumplirá su primer aniversario de bodas

Informalia

Ella sí ha sabido acoplarse a la ajetreada vida de un tenista de élite. Mientras que la tormentosa separación de Alba Carrillo y Feliciano López acapara portadas y comentarios, la hija pequeña de Isabel Preysler consolida su relación con el viejo método de dejarlo todo por su amor y seguir a su chico adonde quiera que vaya.

Hace tres meses que la abogada decidió tomarse un descanso de su puesto en Bain & Company, la prestigiosa firma de consultoría estratégica en la que entró en otoño de 2013, para volcarse en su novio, el tenista Fernando Verdasco. Ana Boyer renunció temporalmente a su frenético ritmo laboral, que absorbía prácticamente todo su tiempo. "Un trabajo en Bain & Company requiere una dedicación plena. Todos los días se entra a las 10 de la mañana y se sale, como mínimo, a las 10 de la noche. Si hay operaciones fuertes, toca trabajar hasta la madrugada e incluso algún fin de semana", cuentan a Informalia.

Ana apostó por su vida personal y se ha convertido en la sombra de Fernando en los últimos meses: si la semana pasada estuvo animando a su novio en Nottinghan, ahora se encuentra en Londres, donde su novio compite en Wimbledon. Una manera de vivir la relación muy distinta a la que adoptaron Feliciano López y Alba Carrillo, quienes han roto su matrimonio después de que la distancia y las dudas sobre posibles infidelidades llamasen a su puerta.

Pero, ¿de qué vive Boyer? Los principales ingresos de la abogada proceden de la publicidad, un mundo que también dominan su madre y su hermana Tamara Falcó. Según expertos consultados por este medio, Ana se embolsa entre 20.000 y 25.000 euros por prestar su imagen a una marca en un photocall durante una sola jornada. Aunque para ello deba enfrentarse a las preguntas de la prensa del corazón, se trata de un negocio más que rentable, ya que un trabajador de Bain & Company, del mismo perfil de Boyer, gana alrededor 45.000 euros euros al año. Por tanto, con dos días que ejerza como embajadora de una exclusiva firma, igualaría los ingresos anuales que percibía en la consultora.

Más lucrativo le está resultando lucir sandalias. Por la campaña de Ipanema para la que es imagen en la actualidad (relevando a Clara Lago, Sara Carbonero y Gisele Bündchen), la hija de Isabel Preysler se ha embolsado cerca de 100.000 euros. Este contrato publicitario la mantendrá atada a dicha marca de calzado hasta la próxima primavera.

Además de conceder alguna exclusiva a Hola en los últimos meses, Ana Boyer también se está encargando de la gestión de Jacaranda Cosmética. Se trata la sociedad limitada creada en 2014 para la comercialización de la línea de cremas de su madre. Sin embargo, en los registros mercantiles, aparece el nombre de la abogada como administrador única, mientras que el de Isabel Preysler no forma parte de ningún cargo directivo.