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Adriana Abenia se enfrenta al Arzobispado de Valencia tras la polémica imagen

  • Explica su foto con un "atractivo párroco" y una berenjena

Informalia

Tras ver la repercusión adquirida por la fotografía que la propia presentadora compartió en las redes sociales, Adriana Abenia ha explicado el motivo de la instantánea en la que aparece junto a un "atrativo párroco" mientras sujeta una berenjena y mantiene la boca abierta.

La imagen, que tuvo lugar tras el enlace del periodista Álvaro de la Lama con Emilia Alfaro en Denia, se produjo tras la boda, cuando el sacerdote que ofició la ceremonia, Juan Pons, pidio hacerse una foto con ella mientras ésta usaba una gran berenjena a modo de micrófono, según explica.

"Ya es mala suerte que el Padre Juan apareciera justo en el momento álgido en el que una descomunal berenjena me servía de micrófono para cantar a viva voz la canción de Dorian A cualquier otra parte (lugar al que habría querido dirigirse de saber lo que iba a ocurrir después) para pedirme, con mucho respeto, una foto tal y como había hecho hacía unos segundos con otros invitados, como Carmen Alcayde. Y, gustosa, accedí. Pero como el párroco me pareció el colmo de la modernidad y se había integrado tan bien en la fiesta, a mí me nació pedirle a él otra foto -que hizo mi marido-, sin apartar la colosal hortaliza de mis manos y así continuar con el karaoke después", cuenta en su blog personal Adriana.

Una vez realizada la imagen, Abenia la colgó en las redes sociales pues le parecía "muy simpática": "Decidí colgarla en mis redes sociales, acompañada de un texto en el que precisamente alababa y reivindicaba ese atisbo de modernidad que había descubierto en este cura que reía y opinaba como uno de nosotros: 'Yo acabé la noche con el párroco. Curas modernos que se ríen de cualquier cosa. Así debería ser la Iglesia'. En qué hora, Señor", escribe arrepentida.

En ese momento, la repercusión de la instantánea llegó al Arzobispado de Valencia, desde donde le pidieron que la eliminara: "No tardaron en pedirme que retirara la foto debido, al parecer, al enfado del Arzobispado de Valencia, ya que la estampa podía enviar un mensaje equivocado a los fieles. Y, sobrepasada por el giro de los acontecimientos, me negué a hacerlo porque significaba aceptar que me había equivocado al subir la ?libidinosa? imagen que para mí era una muestra más de lo bien que lo estábamos pasando todos, sin pretender ofender a nadie y, por supuesto, sin ninguna maldad".

Con la sensación de "ser marcada como un pájaro espino" y bromeando sobre el tamaño de la berenjena, Adriana Abenia se revela contra las conductas de la Iglesia: "Pero qué tiene de malo que una persona que dedica su vida a la Iglesia pase un rato agradable con la gente. Deberían normalizarse estas conductas que llevo observando demasiados años, porque os recuerdo que, por suerte o por desgracia, he ido a un colegio de curas hasta los 13 años y he vivido en uno de monjas cuando, con 15, me fui a vivir a Milán. Y que Dios me coja confesada, pero sigo sin dar crédito".

A pesar de todo, la periodista se ha puesto en contacto con el Arzobispado valenciano aclarando el asunto ya que no quiere "arder en el infierno", sino "bajo el sol sólo bajo el sol" de sus "inminentes vacaciones".