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Miguel de la Quadra Salcedo: así es Marisol de Asumendi, la mujer de su vida
- El reportero falleció este viernes
Informalia
Miguel de la Quadra-Salcedo emprendía este viernes su última aventura. El mítico explorador y reportero fallecía a los 84 años en su domicilio de Pozuelo de Alarcón, Madrid. Cosas del destino o simple casualidad, este madrileño de nacimiento pero navarro de adopción abandonaba este mundo el mismo día que, 510 años atrás, lo había hecho uno de sus grandes ídolos, Cristóbal Colón. Pero a nadie adoró tanto como a la mujer de su vida, su único amor.
Encantador y seductor, sus amigos recuerdan cómo su impecable aspecto, con su sahariana siempre abotonada y sus característicos bigotes, impresionaba allá por donde iba. Y es que Miguel era la combinación perfecta entredandy y aventurero. No obstante, aunque su físico le hubiera permitido ser un seductor, en lo amoroso la aventura no le llamaba y fue hombre de una sola mujer, Marisol de Asumendi, con la que se casó hace 51 años, la madre de sus tres hijos: Rodrigo, Sol e Iñigo. Con ella compartió además agunas apasionantes experiencias, y su pasión por exprimir la vida al máximo y ella estuvo a su lado hasta el final de sus días. "Nos casamos en Tokio para que no fuese nadie a la boda. Fui allí en el Transiberiano y mi mujer voló desde Madrid. Nos casaron los Jesuitas con el embajador de testigo, en 1965".
Marisol se casó con Miguel en Japón, con 19 años y locamente enamorada. Era 14 años menor que su hombre pero la juventud y sobre todo la vitalidad del aventurero compensaba con creces la diferencia. Miguel decía que su mujer era guapa pero que fue además su personalidad lo que le conquistó para el resto de su vida. Él añadió a la relación un sentido del humor denso, pesado pero a la vez exquisito, que alegraba cada minuto de su existencia.
Marisol, nunca fue de mucha vida social y menos de aparecer en los papeles, viajó en el Transiberiano para poder casarse en Tokio sin gente. Para la viuda, Miguel era su Gary Cooper (su actor favorito) y ahora le ha perdido, ha perdido lo que más necesitaba: el amor infinito de un hombre como su marido. Pero le quedan tres hijos que adora y son la imagen de su padre. Mujer con genio reconocido, ella misma decía que lo que más detestaba era la ira. Lectora y cinéfila empedernida, decía que su autor favorito es Proust y su película, Lo que el viento se llevó. Ahora la vida se ha llevado al hombre de su vida.
Bombona de oxígeno
Aunque llevaba años conectado a una bombona de oxígeno ?desde que un accidente de helicóptero le provocara un encharcamiento de pulmones? Salcedo mantuvo hasta el final de sus días su actividad como director de Ruta Queztal, ahora denominada BBVA, un proyecto que le hizo muy popular y le provocó una gran satisfacción personal.
Un niño curioso
Miguel de la Quadra-Salcedo nació en Madrid en 1932, aunque con sólo 5 años se trasladó a vivir a Pamplona con su familia y se dejó hechizar por esta tierra: "Después de tantos viajes y tantos sitios, me quedo con los otoños en los hayedos del pirineo navarro. En ese paisaje, me reconozco", solía decir. Fue precisamente allí donde comenzó su pasión por la aventura. De hecho, siendo aún un crío, ya le gustaba perderse por los montes de Navarra y soñar con las novelas de Julio Verne: "Mi madre apagaba la luz y yo agarraba una linterna y seguía leyendo debajo de las sábanas. Me recuerdo desde siempre con un irrefrenable afán por descubrir, la curiosidad ha sido el motor de mi vida", confesaba.
El periodismo en las venas
Estudió Ingeniería Agrícola. Sin embargo, durante sus años de universidad destacó más por su faceta de deportista que de estudiante. De hecho formó parte del club de atletismo del Real Madrid e incluso participó en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960 como lanzador de jabalina. No obstante, aunque su carrera en el mundo del deporte era más que prometedora, ese mismo año el periodismo se cruzó de forma casual en su vida convirtiéndose en otra de sus grandes pasiones. Durante un viaje a Colombia De la Quadra-Salcedo se dedicó a retratar con su cámara el país sudamericano con tal maestría que Televisión Española decidió contratarle como reportero.
Así, durante los años en los que trabajó como periodista, Miguel fue testigo de importantes acontecimientos de la historia más reciente: la guerra de Vietnam, el golpe de Estado de Pinochet en Chile... Era tal su empeño por retratar lo que sucedía allí donde estaba que incluso llegó a poner su vida en riesgo: durante la crisis de la República del Congo estuvo a punto de ser ejecutado por haber grabado los fusilamientos de 300 prisioneros: "He conocido el miedo muchas veces, pero le aseguro que se aprende a llevarlo", afirmaba. Mas dentro del periodismo no solo ejerció de reportero, su labor como entrevistador también es memorable. A lo largo de su carrera profesional tuvo ocasión de entrevistar a innumerables personajes relevantes del siglo XX como el Dalái Lama, Salvador Allende, Indira Gandhi o Pablo Neruda, entre otros. También trabajó en La Actualidad Española, formando equipo con Félix Rodríguez de la Fuente y el periodista César Pérez de Tudela e inlcuso su curiosidad insaciable le llevo a ser domador en el circo de Ángel Cristo, a cuya caravana ambulante se unió durante algunos meses con toda su familia.
La ruta Queztal, su gran logro
Sin embargo, si hay algo de lo que Miguel de la Quadra-Salcedo se sentía especialmente orgulloso era de la creación, por sugerencia del Rey Juan Carlos, de Aventura 92, luego denominada Ruta Queztal y actualmente conocida como la Ruta BBVA, un programa que fue declarado de Interés Universal por la Unesco, y en el que jóvenes de 58 países realizan viajes de estudio geográfico, histórico y medioambiental por América Latina. "No se puede ser español sin conocer América" repetía siempre Salcedo.