Natalia Verbeke: "Mi novio es sano y muy divino"

Se ha pasado año y medio recomponiendo su vida. Y necesitaba este alto en el camino, porque la argentina terminó el verano del 2014 cancelando su boda con Jaime Renedo, sólo tres días antes de celebrarse. Para más inri, el chef se encargó de ir a los platós de televisión para contarlo todo: que él había anulado el compromiso, que les "gustaba salir y beber" y que ella era "excesivamente celosa". Pero todo ello forma parte del pasado, ya que Natalia ha rehecho su vida con el chileno Marcos Poggi: un jugador de rugby de 27 años, trece menor que ella. Y tiene aún más motivos para sonreír, porque Verbeke vuelve cargada de proyectos tras un parón profesional de dos años. Se lo contó todo a Informalia.

Regresa a la pequeña pantalla con El Caso.

Estoy muy contenta. Le enviaron los guiones a mi representante. Leí tres del tirón y me atrapó la historia. Me gustó esa mezcla de misterio y humor. Lo que me sorprendió mucho fueron las mujeres de esta serie. Todas tienen una entidad muy fuerte. Son muy distintas entre ellas, pero no son floreros del hombre.

Su personaje tiene mucho humor.

Para mí era importante que lo tuviera, porque, siendo forense, ya es muy trágico lo que hace. Para ella es como hacer un test, no puede implicarse en cada apertura de cuerpo o en cada muerto. Si no, no podría ni vivir. Yo no me creo que un forense esté deprimido en una autopsia. 

¿Y usted? ¿Es seguidora de crónica negra?

Seguirlos, no, pero cuando tengo el periódico no puedo evitar leerlos.

El morbo nos tira a todos, ¿no?

Claro.

¿Hubiese sido forense en la vida real?

No, ni muerta (se ríe). Es que hay un detalle en la serie con mi personaje: todos se ponen mentol en la nariz, pero ella no porque está acostumbrada a oler eso.

Su personaje es más secundario. ¿Prefería regresar así a la tele?

El personaje va creciendo. Pero de lo que me han ofrecido a un personaje secundario que es un bombón, prefiero un secundario.

¿Le cuesta que llegue ese papel después de los éxitos que ha cosechado? ¿No se ha llegado a desesperar?

Te desesperas como todo el mundo. Es inevitable. Cuando estás acostumbrada a trabajar, bajar el ritmo es complicado. En este tiempo que yo no estado trabajando, claro que me han llegado cosas, pero es que yo no puedo hacer cualquier cosa. No quiero dar un paso para atrás. 

De bailarina de cabaret en Bienvenidos al Lolita a un personaje radicalmente distinto en El Caso.

Y acabo de hacer de multimillonaria en una película francesa maravillosa con Jean Reno. Nunca había hecho de multimillonaria y es maravilloso. ¡Me hacían dormir en una suite de 6.000 euros la noche! ¡Por favor! (se ríe).

¿Nunca se ha permitido un capricho así?

¡Pero si no tengo un duro! (Se ríe). Bueno, estoy como todo el mundo. No, no.

Entonces, no es una mujer de excesos, ¿no?

No, yo no. Yo soy muy hormiguita. De hecho, gracias a eso, me he permitido sin trabajar y decir que no a cosas. 

También tiene su tienda de bicicletas.

Hemos abierto una nueva gigante en Alberto Aguilera, 13.

¿Ahora tienen dos?

La otra la hemos cerrado porque iba muy bien y se nos ha hecho pequeña. Se llama ahora 14 Bikes.

En el plano personal, ¿cómo se encuentra?

Muy bien. Muy, muy bien. Ya sabes que no me gusta hablar, pero estoy muy, muy feliz.

Acaba de hacer un año con Marcos.

Por ahí, por ahí? ¡No voy a hablar! Estoy muy feliz. Sabes que no hablo de esto, porque es mi manera de ser y porque es la única parcelita que tengo para mí.

Estará encantada con su novio y con su cuerpo, que es jugador de rugby.

Es muy sano y divino.

¿Qué le aporta?

No voy a hablar. También por respeto a la otra persona.

Comentaba antes su película francesa. ¿Para cuándo un rodaje en España?

Tengo una para junio. Me han ofrecido una, pero todavía no he tomado la decisión. También otra que es muy bonita, pero se ha caído por producción y financiación.

¿No le apetece rodar en su Argentina natal?

Tengo que decir que los proyectos que me han llegado no? Pero, claro, me encantaría con un proyecto que me guste.

Dice que ha estado sin trabajar, pero ahora vuelve a recoger lo que ha estado sembrando.

Sí, sí. He tenido la suerte de poder prepararme. También es importante poder vivir, ver la calle e ir en el metro, que el actor es experiencia.