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El dueño de Ikea compra lácteos caducados para ahorrar

  • Tiene 90 años y una fortuna de 64.000 millones

Informalia

Ingvar Kamprad de 90 años tiene una fortuna valorada en 64.000 millones de euros y se encuentra en el puesto 497 de los hombres más ricos del planeta. Pero a pesar de no faltarle de nada, quiere ahorrar hasta el último centavo. Para ello viste ropa de segunda mano y compra lácteos a punto de caducar.

Es uno de los hombres más ricos de Suecia, está entre los más poderosos, pero tiene fama de tacaño y ahorrador. El rico sueco es dueño y fundador de Ikea, la mayor compañía dedicada al diseño y venta de muebles a nivel mundial, y aún con su grandiosa fortuna, su vida no podría ser más humilde.

En 2011, falleció su mujer y dejó su residencia en Lausana (Suiza) para volver a su Älmhult natal, un publecito costero de 9.000 habitantes, la mitad de los cuales trabajan para él. Al rico empresario le gusta pasear por las calles del pueblo sueco y aprovecha para saludar a alguno de los 4.000 trabajadores (casi la mitad del pueblo) que trabaja para Ikea.

A Kamprad se le conoce por ser un multimillonario con una estilo de vida de lo más sencillo. Le gusta comprarse la ropa en mercadillos, conduce (aunque ya no suele hacerlo por su edad) un Volvo de 1993 y cuando llega la hora de hacer la compra, entra en el supermercado de su barrio y se lleva la leche y los yogures que están a punto de ir a la basura porque van a caducar.

"No creo que lleve algo de ropa que no se haya comprado en un mercadillo. Significa que quiero dar un buen ejemplo", ha asegurado en un programa del canal de televisión sueca TV4. "Le parece intolerable que se tiren los alimentos y las cosas que todavía pueden tener un uso", informa un trabajador del establecimiento.

Tampoco es partidario en derrochar en peluquería sobre todo desde que, según reveló, una factura de 22 euros por un corte de pelo en Holanda le trastocó el presupuesto. Desde entonces, usa un mapa del mundo para elegir peluquero. "Normalmente me corto el pelo cuando estoy en un país en desarrollo. La última vez fue en Vietnam", explica.

Además, viaja en clase turista y suele utilizar el transporte público. Al no ser ésta una vida común entre los multimillonarios, un día unos guardias de seguridad le prohibieron la entrada a una importante entrega de premios al verle bajar de un autobús.

Esta filosofía de vida del fundador de Ikea es la que lleva transmitiendo durante muchos años a sus empleados y aunque algunos podrían pensar que es tancañería, en el pueblo donde reside no lo ven así. "No creo que sea tacañería. Se trata de ser conscientes de los costes. Somos gente generosa, pero no queremos pagar más de lo necesario", comenta Marcus Engman, Director Global de Diseño de Ikea.

Este lado más humano de Kamprad es una de las facetas en las que incide un documental de su vida realizado por el canal sueco TV4. Actualmente son sus cuatro hijos los que están al cargo de la empresa, pero como política de conducta, queda terminantemente prohibido malgastar productos.