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Chris Brown en Barcelona: así fue la noche salvaje del maltratador de Rihanna

  • Tocaba en la sala Sutton

Martín Alegre

El rapero que arrastra aún más fama por su violencia con la cantante de Barbados que por su obra, quemó la Ciudad Condal durante su estancia dando muestras de que mantiene muchas de las malas costumbres que ya le conocíamos.

Visitantes tan famosos como discretos y artistas que destrozan hoteles. De todo ha habido los pasados días en Barcelona. El Mobil World Congress (MWC), el mayor congreso de telefonía del mundo celebrado estos días en Barcelona, con enorme éxito de asistencia, aportó más celebridades que innovaciones técnicas. Mucho se ha dicho del evento, pero no todo.

Algunas tan visibles como Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, que este año volvió a encontrarse de nuevo con su admirado Gerard Piqué. Zuckerberg invitó al jugador a cenar en el restaurante del hotel Cotton Club para celebrar el cumpleaños de su esposa Priscila Chan. Esta vez con la ausencia de Shakira, que tenía cita laboral en América.

Una cena que fue más allá de la admiración mutua de uno y otro por sus respectivos triunfos profesionales. Y es que Gerard Piqué tiene una rentable empresa de telefonía y nuevas tecnologías, en la que no faltan videojuegos relacionados con el fútbol.

Más discreta por no decir casi secrete  fue la cena de la top model Cara Delevigne y el piloto Lewis Hamilton (¿pero esta chica no tenía novia?) en el restaurante japonés Parko de Paseo de Gracia. El campeón de Fórmula 1, además de entrenar en el circuito catalán, hizo un bolo, suponemos que muy bien pagado, y fue otra de las estrellas del Mobil World Congress, donde dio una conferencia sobre la relación entre el móvil y el uso del motor.

Bill Gates, el magnate de de Microsoft

Gates, uno  de los hombres más ricos del mundo, también pasó por el Mobil World Congress, más como observador y sin hacerse notar. Y es que para hacer algo más que ruido ya está Chris Brown, el artista que se hizo más famoso por maltratar a su novia Rihanna que por su música.

Brown tenía cita en la sala Sutton de Barcelona, donde actuó con un día de retraso para ofrecer un repaso a su repertorio. Llegó en vuelo directo con su avión privado desde Nueva York, de madrugada, y se negó a saludar a las seguidoras que llevaban horas esperándole en el aeropuerto. Incluso pidió que las desalojaran.

Del Prat salió en un Porsche seguido de varios coches de escolta, se contaron hasta 14 guardaespaldas,  y fue directo al hotel Ars, donde había reservado 21 habitaciones. Faltaba poco para que amaneciera pero la noche sólo acababa de empezar. La juerga fue de tal calibre que muchos huéspedes protestaron enérgicamente, parece que inútilmente.

Fuentes de la organización que le contrató aseguran a Informalia que en las suites que ocupaba el cantante, abundaban señoritas de compañía de alto standing y mucho material energético para que la juerga durara unas cuantas horas. Fue una de las exigencias del artista para su estancia en Barcelona. Las habitaciones de Chris Brown y su séquito parecían un paisaje nevado, y eso que la temperatura de Barcelona era casi primaveral.