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Alfonso Rus: su esposa, apodada La Rusa, vendía trajes italianos 'made in China'

  • Begoña Ricart regentaba Stefano Russini SL

Informalia

Begoña Rus, la mujer del contador de billetes más famoso del momento, ahora detenido, es fan de Las Supremas de Móstoles, vendedora de trajes italianos made in China y posiblemente el único apoyo que le queda al ex dirigente del PP en Valencia ahora detenido.

Fan confesa de Las Supremas de Móstoles, la mujer de Alfonso Rus no vive sus mejores momentos: su marido permanece detenido en casa en compañía del Fiscal Anticorrupción y varios agentes como consecuencia de la operación contra el crimen organizado que agentes de la Guardia Civil están llevando a cabo en relación a una trama de corrupción municipal y regional infiltrada en varios ayuntamientos -incluido el de Valencia-, la Generalitat y la diputación de Valencia. Hasta el momento se han producido decenas de detenciones y nueve registros que se están practicando de forma simultánea.

Entre los detenidos está el ex presidente del PP en la provincia de Valencia y de la diputación, Alfonso Rus, así como algunos de sus más cercanos colaboradores. Rus saltó a la fama después de que se publicaran varias cintas en las que se le escuchaba contando billetes y desde entonces la vida de esta mujer, como la de su marido, no ha sido la misma.

Begoña Ricart ha pasado de ser la mujer del alcalde de Xátiva y presidente de la diputación de Valencia a la esposa de un presunto criminal -inocente mientras no se demuestre lo contrario-, pero un apestado que para muchos es el capo de una red que se investiga en este momento. Mafias aparte, Begoña en realidad podría llamarse señora de Russini, ya que la tienda de ropa de la familia se llama Stefano Russini. En una comunidad donde los trajes de los políticos son carne de telediario, Rus y su familia quisieron hacer caja -legalmente, en este caso- vendiendo trajes italianos en su tienda de moda masculina. Y la versión italiana del apellido era cuestión de imagen.

Begoña Ricart permanece junto a su hombre. Estuvo con él cuando era un triunfador y ha seguido después de haber sido suspendido de militancia en el Partido Popular.

Para completar el sainete, es relevante apuntar que a Begoña la apodan La Rusa (no sabemos por qué) y al parecer fue ella la que decidió, junto con sus hijos, traerse el género 'made in China' para sus modelos de corte italiano, los más chic de Xátiva para algunos.

Por lo visto, con el escándalo de las grabaciones filtradas por su compañero de partido, Marcos Benavent, y condenadas tanto por Fabra como por Barberá, la boutique de la pareja empezó a ser despreciada por muchos clientes, a pesar de que no se llama Rus sino Russini. Russini Quality SL, la sociedad impulsada en 2003 por Rus y Emilio Llopis (su hombre de confianza en el PP, ex trabajador de una algodonera y alcalde de Genovés, un pueblo cercano a Xátiva), sufrió la crisis como tantas otras compañías: en 2008 declararon unos ingresos de casi 80.000 euros por las ventas, menos que en años anteriores, cuando al parecer superaban los 100.000 euros, según el registro mercantil.

Begoña La Rusa fue quien regentó el negocio familiar mientras Rus fue alcalde de Xátiva: las clientas la veían siempre en la tienda despachando la alpaca y los trajes a rayas. Cuando el matrimonio se fue a vivir a Valencia le pasaron el negocio a Bárbara, la única hija de ambos, de 38 años, y madre del nieto de Rus. El marido de Bárbara se ocupa de los otros negocios de Alfonso Rus, cocinas y electrodomésticos, su profesión antes de que se metiera en política.