Actualidad

Vladimir Putin habla de las mujeres de su vida

  • Sus hijas y su exmujer

Informalia

En abril de año pasado, un comunicado oficial del Kremlin confirmaba el divorcio entre Vladimir Putin y su mujer, Lyudmila. No se había vuelto a comentar demasiado la vida privada de Putin hasta que hace poco más de una semana se publicó que una de sus hijas posee una inmensa fortuna.

Sin embargo, durante una rueda de prensa sobre asuntos domésticos, y al ser preguntado por sus hijas, María (30 años) y Katerina (29), el presidente ruso ha dicho: "Mis hijas viven y trabajan en Rusia y jamás han vivido en ningún otro lugar", saliendo al paso de rumores sobre el supuesto exilio voluntario de su familia. "Ellas han estudiado en universidades rusas y estoy muy orgulloso de ello. Aquí siguen, estudiando y trabajando. Mis hijas hablan tres idiomas de manera fluida y una de ellas se defiende en una o dos lenguas orientales. Están dando sus primeros pasos profesionales con éxito", detalló.

Pero también añadió: "Nunca doy explicaciones sobre mi familia. Mis hijas no están involucradas en política ni en negocios. No son niñas estrellas". El mes pasado circularon unas informaciones en las que se aseguraba que María, licenciada en Biología, residió un tiempo en Holanda, mientras que Katerina, quien trabaja en la Universidad Estatal de Moscú, utiliza el apellido de su marido, Kirill Shamalov, accionista de la petroquímica Sibur.

Fue una supuesta indiscreción de un importante banquero la que sacó a la luz a la hija pequeña del presidente ruso, hasta ahora oculta para los medios. Se publicó que a sus 29 años, Katerina Putina había quedado quinta en el campeonato del mundo de baile acrobático y también que posee una fortuna junto con su marido cifrada en unos 1.800 millones de euros. Desde hace dos semanas es el escándalo de moda en Moscú.

No obstante, Putin tiene razón cuando dice que su familia no ha jugado nunca un papel mediático al estilo occidental. Puede decirse que Vladimir Putin casi ha bloqueado el acceso de los medios a su vida personal. Sí se conocía a su mujer, Liudmila.

Por eso fue una sorpresa que la benjamina haya irrumpido en el universo mediático gracias al parecer a Andrei Akimov, vicepresidente del banco ruso Gazprombank, quien hace unos días admitió que había conocido a la joven Katerina Putina cuando era niña. Los medios siguieron su rastro y descubrieron que es una gran bailarina de rock and roll y sobre todo que junto a su marido posee una inmensa fortuna de unos 1.800 millones de euros.

Nació en 1986 en Dresden (entonces en la República Democrática Alemana), donde su padre estaba destinado por el KGB. Y se sabe que hace dos años participó en el mundial de baile en Suiza, donde acabó en quinto lugar. También se ha desvelado ahora que allí, en Zurich, se había presentado como esposa de Kirill Shamalov, hijo de Nikolai Shamalov, un viejo amigo de su padre. La agencia Reuters ha revelado que entre Katerina y su marido poseen participaciones participaciones corporativas por valor de unos unos 1.800 millones de euros, según estimaciones de analistas financieros que cita la propia agencia. Al parecer, el dinero procede de su participación en una compañía petroquímica y de gas que Kirill compró a Gennadi Timchenko, que también es un viejo amigo de Putin desde los 90, cuando el presidente ruso era vicealcalde de Moscú. Timchenko es el mismo que les vendió un caserón en Biarritz (Francia). Katerina fue nombrada este año vicedirectora de la Universidad Estatal de Moscú y cuenta entre sus asesores con dos ex agentes secretos, compañeros de Putin en el KGB. 

El 'nacimiento mediático' de la hija pequeña de Putin y el descubrimiento de su impresionante fortuna ha hecho estallar a la oposición rusa, que se ha apresurado a decir que el país de Putin "está dirigido por los hijos de". Se refieren no solo a la hija del presidente: denuncian que el hijo del jefe de gabinete de Putin es el del hombre más rico del país o y llaman la atención también sobre los tejemanejes en la empresa estatal del petróleo, todo mezclado con una supuesta red de favores y premios que pasa por el Kremlin. Putin por supuesto ha negado a través de su oficina las irregularidades. Por su parte, Gazprombank, el banco en el que trabaja Akimov, el que ha destapado el secreto de la hija del presidente, ha sacado una nota de prensa diciendo que él jamás señaló a la hija de Putin.

Mientras tanto, formalmente, Vladimir Putin es un hombre de clase media cuya declaración de bienes dice que su salario es de 110.000 euros al año y que solo posee dos apartamentos.