Así es Gerardo Bazúa, el concursante que conquistó a Paulina Rubio

Se acaba de conocer su próxima paternidad junto a la reina del pop latino. Tiene 30 años, 14 menos que ella. Desde que nació sintió el amor por la música, quedó finalista en la segunda edición de La Voz México y se llevó el corazón de Paulina Rubio. Así es el novio de la Chica Dorada.

El talent show La Voz México les unió, en él se conocieron. Ella era coach y él un cantante con ganas de que sus sueños se hicieran realidad. Y así fue, pero no sólo en lo profesional, sino también en lo personal. Allí comenzaron su historia de amor a la que ahora ponen el broche de oro con la llegada de su primer hijo.

Paulina reconoció que entre ellos surgió una "conexión inmediata", podría decirse que amor a primera vista. En mayo de 2013 ya comenzaron a sonar los rumores de que la Chica Dorada estaba de nuevo enamorada, y no iban mal encaminados, ya que Jerry la había robado el corazón. Unas imágenes de ellos de vacaciones en Grecia y más tarde, su paso por la alfombra roja de la inauguración del Museo Jumex, confirmaron cada vez más la relación.

Hay que recordar que no solo la estrella del pop se encontraba en pleno divorcio del empresario español Nicolás Vallejo-Nágera, sino que el mexicano por su parte también se estaba separando de Yuriko Sandoval, con la que había tenido diez años de relación y con la que tiene dos hijos, Gerardo, de once años, y Sebastián, de cuatro.

Un poco más de un año de las primeras fotos de ellos juntos, en octubre de 2014 se vio la primera imagen de la pareja junto a los hijos de ambos paseando por Miami, una estampa de lo más familiar. Además, el hijo de la mexicana y su novio han demostrado que desde el primer día tienen muy buena relación.

En enero de este año la pareja mexicana atravesó una crisis que terminó en ruptura. Sin embargo, su amor fue mucho más fuerte y grande. Con una serenata por las calles de París, Gerardo Bazúa reconquistó el corazón de Paulina Rubio, según dicen.

Bazú, que tiene 30 años, nació en Sinaloa. Desde muy pequeño, al igual que Paulina, sintió el amor por la música. Fue en secundaria cuando comenzó a actuar en público acompañado de su guitarra. Más tarde formó un grupo del que él era el vocalista. En 2010 estuvo de gira con Shaila Dúrcal y fue en el 2012, en la segunda edición del programa, cuando quedó finalista de La Voz. Un concurso que le cambió la vida. Otra de sus pasiones son los caballos y por su puesto sus hijos, a los que considera el motor de su vida. El año que viene ese motor tendrá un nuevo integrante, su primer bebé en común. Gerardo siempre se ha mostrado muy celoso de su vida privada, sin embargo el pasado mes de enero habló por primera vez de Paulina, a la que dedicó unas bonitas palabra: "Estoy con una gran mujer que merece todo mi respeto? estoy con una gran mujer que llora, que ríe y que goza".