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La otra boda de Cayetano Rivera
- Repite experiencia 14 años después
Informalia
Fue un soleado 26 de octubre de hace 14 años en Gijón. La novia era una morena, guapa como una modelo de Julio Romero de Torres, asturiana y madre de una princesa llamada Lucía. El novio estaba loco de amor. Los ojos negros de Blanca y su sangre gitana habían embrujado el corazón de torero de Cayetano Rivera Ordóñez. Tenía 24 años y entró en la iglesia de San Pedro para ponerle un anillo a la que más quería y para decirle que estaría con ella siempre, en la pobreza y en la riqueza.
Blanca Romero, melena suelta y ondulada, quitaba el sentido vestida por Lagerfeld. El diseñador alemán lo había realizado para ella en exclusiva. La Lagerfield Gallery de París se había empleado a fondo en la confección a base de gasa y con falda plisada.
Llegó al templo del brazo de su hermano menor Alejandro con más de una hora de retraso. El enlace, previsto para las doce del mediodía tuvo que retrasarse hasta pasada la una debido a la demora. El modelo en blancos y marfiles había estado giardado con celo hasta aquel día. "Para mí Karl es el más grande. Es un genio de la moda", decía Blanca sobre la elección del genio de Chanel. Una cruz de oro brillaba desde el escote en forma de uve de su abrigo abotonado.
Lucía, la hija Blanca, hoy una bella modelo de 17 años, tenía entonces tres. Junto a sus primos Álvaro y Sonia formó el cortejo nupcial que acompañó a la novia en su entrada. La banda de gaiteros Villa de Gijón hacía sonar la emotiva marcha nupcial.
Cayetano Rivera Ordóñez llegó a la iglesia de San Pedro de Gijón del brazo de su madrina, Carmen Ordóñez. Era la segunda vez que Carmen ejercía de madrina de boda. La primera fue en el enlace de su hijo mayor Francisco Rivera con Eugenia Martínez de Irujo, en la catedral de Sevilla. "Soy muy feliz porque voy a ver casado a mi hijo Cayetano con una mujer estupenda y sé que los dos van a ser inmensamente dichosos", decía. Nadie podía imaginar que aquella madre emocionada dejaría este mundo apenas tres años después. La presencia de su espíritu en la boda con Eva González será sin duda tan cierta como su ausencia.
Lo mismo le pasó a Cayetano con su padre aquel 26 de octubre. Paquirri estuvo muy presente en el día de su primera boda. El segundo hijo del diestro de Zahara de los Atunes usó entonces los gemelos de oro y rubíes que habían pertenecido al torero fallecido en Pozoblanco a los 36 años, dos menos de los que cuenta hoy él ahora. Finalizada la ceremonia, las gaitas se escucharon de nuevo a la salida de los novios para interpretar el Asturias patria querida.
El banquete de la boda entre Cayetano y Blanca Romero reunió a más de 600 invitados, entre los que estaban los tres hermanos del novio: Francisco Rivera acompañado de la que entonces era su mujer, Eugenia Martínez de Irujo, Paquirrín Rivera Pantoja y Julián Contreras Ordóñez. La tía de Cayetano y hermana de Carmina, Belén Ordóñez, también fallecida, fue otra de las distinguidas invitadas por supuesto. El Gran Hotel Jovellanos había sido remodelado y decorado por el padre de la novia, Rafael Romero, y fue abierto expresamente para el enlace. Degustaron platos asturianos: empanada, pulpo, fabes con almejas y marisco.