Cristiano Ronaldo: "Mi padre estaba borracho casi siempre, nunca le conocí bien"

La vida de Cristiano no fue siempre la de un astro del deporte, admirado a nivel planetario, forrado de dinero, con sus coches deportivos y saliendo con bellas mujeres. El portugués es el cuarto hijo de Dolores Aveiro: Elma (1974), Hugo (1975) y Catia (1976) llegaron antes y después de tenerlos volvió a quedarse embarazada. Entonces se planteó seriamente no tenerlo. "Pensé en abortar, aunque Dios no quiso que ocurriera", cuenta la madre del futbolista en el documental que se acaba de presentar sobre su hijo y que se estrena el próximo lunes.

El único secreto que Cristiano se ha guardado es el nombre de la madre de su hijo. Pero por lo demás puede decirse que Ronaldo exhibe sin pudor su intimidad. "No me molesta lo que comenten sobre ese tema. Cuando Cristiano Jr. sea mayor, lo hablaré con él y seguro que lo entiende", explica el crack, que se muestra como todo un padrazo. Tal vez porque el suyo no lo fue: "Estaba borracho casi todos los días, nunca le conocí bien. Hubiese querido que estuviera más presente", confiesa. Dennis Aveiro falleció a los 51 años, cirrótico, en 2005, cuando Cristiano contaba 20 años y ya había iniciado su camino hacia el estrellato en Manchester.

El documental muestra imágenes del padre del jugador en las gradas de los primeros equipos locales en los que jugó Cristiano. Ronaldo fichó a los11 años por el Sporting de Lisboa y se marchó solo a la capital. Reconoce que aquella fue una etapa muy dura: lloraba casi todos los días y echaba de menos a la familia, pero dice que aquello le hizo mentalmente fuerte.

Con su hermano Hugo también vivió una mala experiencia. Cristiano se ocupó de él cuando cayó en el alcoholismo: le ayudó a dejarla y le prometió que si lo hacía, él ganaría la Décima Copa de Europa para el Real Madrid. Hugo fue la primera persona a la que se acercó Cristiano nada más ganar 4 a 1 en la final de Lisboa al Atlético de Madrid.

Hugo, diez años mayor que su hermano, vivió mucho más tiempo que él en Funchal (Madeira), donde trabajó de albañil. "Todos los que estamos en la obra terminamos bebiendo. Pero yo quería salir de eso. Tuve una recaída y Cristiano me ayudó", relata Hugo en el documental.