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La monja youtuber que arrasa en la red
- Es hija del psiquiatra Enrique Rojas y de la notaria Isabel Estapé
Informalia
Almudena Rojas ingresó en el convento de la Encarnación de Ávila el 29 de junio de 2014, y a mediados de noviembre tomó los hábitos en presencia de sus padres, el psiquiatra Enrique Rojas y la notario Isabel Estapé. Casi un año después, la hermana Almudena María de la Esperanza, de 23 años, realiza sus primeros votos temporales antes de los perpetuos, dentro de tres años. Ha grabado un vídeo contando su historia que arrasa en Youtube.
En él relata por qué decidió hacerse monja. La priora le animó a grabarlo antes de entrar en el convento, a pesar de que, como dice la protagonista de esta historia, la vocación de carmelita es desaparecer. La hija del eminente psiquiatra y la conocida notaria había pensado en en meterse en política pero, como cuenta en su grabación, sintió la llamada de Dios. Sin embargo, al principio se resistió todo cuanto pudo.
El testimonio de esta carmelita descalza de 23 años, que inicia ahora formalmente la vida de clausura en el convento de la Encarnación de Ávila, logró 40.000 visualizaciones a las pocas horas de que lo subieran. "Tenía en mente opositar para ser juez y dedicarme al Tribunal de Derechos Humanos o a la política", explica la hermana Almudena María de la Esperanza, que confiesa que antes de la llamada dela fe "era egoísta y criticaba a la gente". Fue durante sus años de universidad en Pamplona cuando, al perecer, descubrió su vocación: "El problema de ir acercándome a Dios fue que empecé a ver que me podía pedir algo más y eso me pareció horrible. Entonces decidí darle la espalda. Incluso fui a una capilla y le dije que prefería no creerle antes que decirle que sí a cualquier cosa. Volví a ser una persona egoísta", narra la religiosa. Entonces se apuntó a unos ejercicios espirituales para reconciliarse consigo misma. "Dios quería que fuera numeraria del Opus Dei o carmelita descalza.", manifiesta. En el convento de la Encarnación, el mismo en el que Santa Teresa fue priora en el siglo XVI, no tienen televisión ni Internet. No disponen de calefacción, y, adelantándose a las últimas recomendaciones de la OMS, no comen carne.