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Así es Anna Cruz, la campeona española de la NBA femenina

  • Tiene 28 años, mide 1,74 y es periodista

Informalia

Pau Gasol y dos mujeres son los únicos españoles que cuentan con al menos un anillo de campeones de la NBA o la WNBA (el campeonato de baloncesto femenino). Anna Cruz acaba de ganar el suyo: es de Barcelona, licenciada en Comunicación Audiovisual, tiene 28 años -cumple 29 en unos días-, mide 1,74 cm y ha hecho historia al ser la segunda campeona española de la competición más importante del baloncesto femenino a nivel de clubes: la WNBA. Pero, ¿cómo es esta catalana desconocida que hoy ocupa las portadas de la prensa española?

Su nombre completo es Anna Cruz Lebrato. Nació en 1986 y desde muy pequeña lo tuvo claro: su vida sería el baloncesto. Eso sí, no quiso dejar los estudios de lado, por lo que combinó ambas labores. "Con un poco de organización, sacrificio y esfuerzo creo que se pueden compaginar deporte con estudio", confiesa. Tan bien lo hizo que logró licenciarse en Comunicación Audiovisual para después cursar un Master en periodismo deportivo.

En aquellos momentos vivía en Burgos, unos años inolvidables antes de recalar en Madrid y posteriormente marcharse al extranjero: "Vivía en una residencia de estudiantes y te podría contar mil historias. Fue una época muy divertida".

Tras triunfar en la capital de España, llegó el salto a Rusia. Una difícil decisión para la que contó con el apoyo de su familia. Y es que los suyos son la parte más importante de su vida. Anna siempre que puede viaja a España o, por el contrario, son sus padres y su hermano mellizo quienes acuden a visitarle, como se puede ver en sus cuentas personales en redes sociales.

Sobre su familia, la jugadora de las Minnesota Lynx solo tiene palabras de agradecimiento: "Tengo una relación estupenda con ellos. Me gusta haber llegado hasta aquí más que por mí, por ellos. Porque ellos también se han esforzado mucho, se han tragado entrenamientos eternos, Han conducido horas y horas para llevarme a jugar, compaginando mis partidos con los de mi hermano mellizo. Han dejado sus hobbies de lado para poder estar siempre a nuestra disposición".

Los amigos son otro de sus grandes pilares. Tanto en Rusia como en Estados Unidos, donde recaló después, cosecha diferentes amistades, sin olvidar a los que siempre han estado a su lado desde que era una niña en Barcelona. Cuando sus compromisos se lo permiten, Cruz se escapa junto a ellos para pasar unos días en agradable compañía o recibe su visita, como en estas fotografías en las que aparecen en Nueva York, ciudad donde residía Ana cuando jugaba en las New York Liberty.

Sin duda, sus peores momentos son las despedidas. Especialmente le cuesta dejar en España a su mascota, una bonita husky. Cuando la distancia les separa, se acuerda de ella constantemente: "Con ganas de verla ya" o "me enamora cada día más", son algunas de sus frases que demuestran el amor que siente hacia la perra.

En lo que respecta a sus gustos, Anna es una apasionada de la música. Le gustan bandas de música catalanas como Txarango, pero sin dejar de lado otro tipo de música como Marea, Sidonie, Fito u otros artistas más internacionales de la talla de Ed Sheeran.

También se muestra interesada por la moda y le gusta vestir de forma cómoda pero elegante. Incluso desfiló hace un mes y medio con gracia en un acto de su equipo, los Lynx.

En su tiempo libre, también es amante de las series. Una de sus preferidas es The Walking Dead.

Cruz vive por y para el baloncesto. Incluso en más de una ocasión ha reconocido que cuando pierde es muy difícil tratar con ella. Esto, unido a su fuerte carácter, hace que sea líder en sus equipos y querida por sus fans. Sin ir más lejos, en Rivas Vaciamadrid pidieron una calle a su nombre.

En cuanto al amor, la joven hace gala de una actitud muy discreta, por lo que se no se le conoce pareja alguna.

Así es la mujer que ha hecho historia en el deporte español. Triunfa con la Selección y hace lo propio fuera de nuestras fronteras, llevando el nombre de España a lo más alto. Una humilde campeona que merece todos nuestros halagos. ¡Enhorabuena Anna!