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Julio Iglesias, sobre Isabel Preysler y Vargas Llosa: "Si son felices, que lo sean"

  • El cantante presenta su último disco y habla de salud, mujeres, hijos y fútbol

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Más delgado, con buen color, más joven, elegante y en espléndida forma. Así ha reaparecido Julio Iglesias después de tres meses de ausencia, convaleciente de una intervención en la espalda. El cantante, que cumplía este miércoles 72 años, dio una rueda de prensa en México D.F., con motivo de la salida de su último disco dedicado a grandes e inolvidables clásicos de la música mexicana. Sincero y espontáneo, habló de su salud, de sus hijos, de sus mujeres... Y de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa.

"¡Qué maravilla estar en México a los 72 años!", dijo Julio Iglesias cuando apareció ayer por la tarde (hora española) ante una sala abarrotada de periodistas, que le esperaban para conocer los detalles de México, el disco con el que el madrileño supera los 80 trabajos de estudio. Un mariachi apareció por sorpresa y le cantó Las mañanitas para felicitarle. La comparecencia fue seguida a través de Internet por todos los países del mundo que conectaron a las 19.30, hora española, con la capital mexicana. Julio dio titulares interesantes en la hora larga que pasó contestando a todas las preguntas. "Este es mi último disco. Es el último que hago en mi vida, grabado en un estudio. Lo he decidido hace mucho tiempo. "El estudio es inseguro, trabajoso, claustrofóbico, se está encerrado año y medio", declaró. "Seguiré cantando, por supuesto, hasta que tenga 150 años aunque el tiempo es inexorable. Ojalá Dios me dé la posibilidad de cantar hasta el último día. No me retiraré hasta que me retiren. O la vida o las gentes", añadió.

Estado de salud

"Hace dos meses y medio no podía andar. Tenía la columna destrozada por el accidente que sufrí en el año 1.963 que me tuvo dos años en la cama sin poder moverme. Me operaron durante 12 horas y del quirófano salí en coma. Confieso que cada vez que me levanto de un sitio, tengo que pensar que quiero levantarme. Y un día no me pude levantar. Entonces me hurgaron en la espalda y aquí estoy. A veces me duele todo, a veces nada, pero no me duele el alma, nunca me ha dolido hasta ahora, que es lo importante. A veces siento que tengo 20 años, otra me parece que son 1.000. Duermo peor que antes y me tengo que despertar antes. Pero mi corazón late a 68 pulsaciones por segundo, está perfecto", declaró haciendo gala de una gran sinceridad. "Sé que especular sobre estas cosas , es atractivo (para la prensa), pero estoy bien, voy a seguir vivo", matizó

También habló de la otra gran estrella de la familia, su hijo: "Claro que me gustaría cantar con Enrique y algún día lo haremos, pero tiene que darse la coyuntura y además mis hijos son todos muy independientes.Yo no le puedo presionar. Uno de estos días los dos vamos a cantar en Puebla (en escenarios diferentes ), y sé que yo saldré perdiendo, comentó entre risas.

Preguntado sobre si la fama le mareó alguna vez o le hizo perder el norte, dijo: "Todo lo que soy, lo que somos los artistas, se lo debemos a la gente. Soy artista porque alguien ha pagado una entrada para escucharme. Ahora vivo profundamente el esfuerzo que le cuesta a una persona pagar un ticket para ir a un concierto", manifestó. "Y subir a las nubes puede suponer que la caída sería grave Doy gracias a la vida a las gentes por tantas oportunidades que me han dado".

Julio no eludió preguntas sobre las mujeres de su vida. "Jamás le he dado la espalda a una mujer, jamás la he querido mal. He sido un gran mujeriego en el mejor de los sentidos. Admiro la inteligencia, la capacidad, la entrega y la generosidad de una madre. De las mujeres he aprendido mucho, todo", reconoció el cantante.

También habló del tema de moda, la relación de su ex. Isabel Preysler, con Vargas Llosa. "Hace ya muchos años, 30 quizá, que salí de esos menesteres. Ya no juzgo nada de lo que hace mi ex mujer. Tengo una relación muy buena con Isabel, y si cada uno es feliz a su manera, y ellos lo son, pues que lo sean. Cada uno es cada uno", comentó.

Y habló también de su enorme afición al fútbol, al Real Madrid, al que deseó suerte porque en ese momento jugaba contra el Atletic Club de Bilbao. (Partido que ganó el club blando por 1-2 en San Mamés). "Me hubiera gustado ser Cristiano Ronaldo, pero lo cierto es que no fui un buen futbolista. El accidente me apartó del fútbol pero la vida me recompensó siendo un cantante regular. No sabía cantar pero he aprendido y, como tengo la voz 'pequeña', es todo más fácil", apostilló .


Enamorado y agradecido con México desde que en 1976 grabara su primer homenaje a los grandes compositores del país latinoamericano, Julio quiere devolverle así a este país que lleva en el corazón el apoyo de su público en su posterior ascenso a la fama. "México es un país que amo profundamente. Los mexicanos han dejado momentos indelebles en mi vida. Conozco este país como si fuera mío y siempre lo llevo en el corazón. La música mexicana es universal y sus compositores, legendarios", subrayó el madrileño, que anunciaba también seis actuaciones en directo en el país para dar a conocer este trabajo discográfico, que pone la guinda a 47 años de éxitos continuados.

El artista latino más exitoso de la historia, con más de 300 millones de discos vendidos, añadió que México es toda "una prueba de fuego", una vuelta a los orígenes de un artista que ha cantando en más de 12 idiomas y que cuenta con el reconocimiento artístico en todo el mundo.

Con este álbum que pondrá a la venta el viernes 25 de septiembre Sony Music, Julio Iglesias renueva sus vínculos con México a través de un material perteneciente a la Época de Oro de su carrera, interpretado con una pasión inimitable.