Teresa Rivero: la situación de la viuda de Ruiz Mateos
- Vive en un dúplex y tiene varios hijos en la cárcel
Informalia
Teresa Rivero se queda viuda, alejada de varios de sus hijos, y viviendo en un dúplex de 140 metros situado en la localidad madrileña de Aravaca, en la calle Rigel. Nada que ver con el lujo suntuoso de su antigua mansión de Somosaguas.
En los últimos meses, la ex presidenta del Rayo Vallecano hacía lo que podía por su marido. El hoy fallecido, con apenas un hilo de voz , no se valía ya por sí solo. Fuentes de la familia confirman a Informalia que se comportaba como un niño pequeño y que apenas se enteraba de lo que pasaba a su alrededor.
De hecho, Teresa Rivero no podía hacerse cargo personalmente de él y contaba para ello con la ayuda de una mujer sudamericana. El matrimonio, antes de viajar a Cádiz para pasar el verano, habitaba el mismo duplex, de unos 140 metros: pero mientras que ella ocupaba la parte de abajo, él se había instalado en la parte de arriba del inmueble. De hecho, apenas se veían.
José María ha fallecido en el hospital Santa María del Puerto (El Puerto de Santa María), donde el empresario jerezano ingresó a mediados de agosto después de caerse en su residencia estival y de romperse la cadera. Fue operado con éxito pero luego todo se complicó con una neumonía durante su estancia en el centro sanitario. No deja a su mujer y a los suyos en las mejores condiciones: la familia, antes unida como una piña, se resquebrajó después de que unos se echaran las culpas a otros de su situación procesal. Parte de la familia mantiene cuentas pendientes e ingentes cantidades de dinero siguen presuntamente en el extranjero todavía sin ser localizadas por la justicia. El dúplex en el que vivía el matrimonio es el inmueble que antes habitaba su hijo Alfonso Ruiz-Mateos y ahora figura a nombre de la sociedad Aleanson S.L, empresa que perteneció al propio Alfonso y que luego se puso a nombre de una sociedad de Ángel Cabo, el supuesto testaferro de los Ruiz Mateos en el desvío de activos de Nueva Rumasa.
El fallecido José María Ruiz-Mateos, que cumplió 84 años el pasado mes de abril, recibió hace pocos meses el último varapalo judicial del juzgado de lo Mercantil nº 11 de Madrid, cuando se le condenó a pagar 92 millones por los pagarés de Nueva Rumasa.
El fundador del holding de la abeja había perdido muchos kilos y no cogía el teléfono a casi nadie, aunque seguía manteniendo contacto con su abogado, Marcos García Montes. Sus nietos no le visitaban, excepto los de su hija Begoña que le veían algunos fines de semana. Con Begoña que era la que más le visitaba en su antigua residencia de Somosaguas tras el desmembramiento de la familia, ahora ya no la veían porque la culpaban de la situación procesal que viven los hermanos.
Sus hijos Álvaro y Javier están en la cárcel y otros dos esperan entrar (Pablo y Alfonso), mientras el resto aguardan más de 50 causas judiciales que tienen abiertas por toda España y por la que les han retirado el pasaporte para salir fuera de nuestro país.
La situación procesal de casi todos los miembros de la familia es también muy complicada. Los dos hijos menores, Álvaro y Javier Ruiz Mateos, ingresaron en el Penal de Navalcarnero para cumplir una condena de dos años y nueve meses por un delito contra la Hacienda Pública y otro de alzamiento de bienes.
Teresa Rivero ha sido vista recientemente en inauguraciones de negocios montados por sus hijos, junto con sus cónyuges y nietos. Así ocurrió en la inauguración del último restaurante vinculado presuntamente a la familia de nombre Macarela, situado en la calle de Montesquinza, en Madrid. Un restaurante americano de dos plantas que fue inaugurado en estas pasadas Navidades. Al parecer, son más de 14 los restaurantes abiertos y controlados por los Ruiz Mateos, y que estaban gestinados en concretos por Álvaro, al menos hasta que ingresó en la cárcel de Navalcarnero.