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Artur Mas y su mujer, los reyes de la pista
- Ell president y Helena Rakòsnik se fueron de boda al día siguiente del registro de CDC
Informalia
Irse de juerga no es incompatible con que la Guardia Civil entre en tu 'casa' a registrar. Sobre todo si hay motivo (para la juerga). Y si no que se lo digan al presidente de la Generalitat que, al día siguiente de que los agentes revolvieran la sede de su partido en busca de pruebas de una supuesta financiación ilegal de la formación que él lidera, se fue de marcha y y se desmelenó en la boda del hijo de un compañero.
El pasado sábado 29 de agosto, el presidente de la Generalitat debía haber amanecido sumamente preocupado después de que la víspera la Guardia Civil registrara la sede de su partido en busca de pruebas sobre la presunta financiación irregular de Convergencia. Sin embargo, ni la orden judicial que tanto ha molestado a los sospechosos ni la muy comentada carta del expresidente Felipe González a los catalanes, publicada por El País, y con la que esa mañana amaneció el líder autonómico, parece que alteraran sus ganas de acabar el verano anterior a su otoño más complicado con una buena juerga.
A menos de un mes para que tengan lugar las elecciones autonómicas, calificadas como 'plebiscitarias' por las formaciones independentistas, Artur Mas empezó el sábado con una idea en la mente: pasarlo bien en la boda a la que estaba invitado junto a su mujer.
Se casaba en San Cugat del Vallés el hijo de su compañero y amigo Joan Amat, síndic de comptes de la Generalitat.
Cuentan testigos presenciales que Mas se lanzó a la pista de baile durante la celebración que tuvo lugar tras el enlace. Su esposa, Helena Rakòsnik, le acompañó a pesar de sus dos hernias discales, de las que parece que se ha recuperado bien.
A sus 59 años, Artur Mas mantiene la imagen de un político de menos edad. Junto a su mujer, dos años menor que él, suele aprovechar las escasas ocasiones en las que pueden disfrutar juntos cuando los compromisos de ambos se lo permiten. Celebraciones aparte, un día a la semana, el matrimonio procura juntarse con sus hijos para pasar un rato en familia. La complicidad entre los Mas es muy grande. después de 33 años de casados, está claro que se conocen muy bien.