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La controvertida herencia de Lina Morgan
- La actriz decidió no dejar nada a su familia carnal
Informalia
La actriz, que falleció la madrugada del jueves a los 78 años de edad tras sufrir una larga enfermedad, acumulaba un desorbitado patrimonio: 40 millones de euros. Ahora, el reparto de su gran riqueza será muy controvertido, ya que Lina Morgan, que apenas se hablaba con su familia, quiso que se repartiera entre su hombre de confianza, Daniel Pontes, y la Fundación Mensajeros de la Paz.
La protagonista de Compuesta y sin novio cuajó una gran carrera profesional. Un éxito que le llevó a tener una inusitada riqueza. La actriz poseía importantes colecciones de joyas que Luis María Ansón, incluso, calificó como la primera colección de joyas de España. Parte de estos diamantes eran regalos de su hermano José Luis, quien le regalaba la mejor joya que encontraba en Madrid cada vez que la actriz estrenaba una obra.
Además, Lina era administradora de tres empresas de las que vendió hace unos años. Dos estaban dedicadas al espectáculo y la otra, Telasa S.L., tenía como objeto el alquiler de pisos. También se deshizo de otra propiedad, el teatro de La Latina, en 2011, por el que le dieron 7,5 millones de euros.
Tras estas ventas, su única propiedad en el registro es el lujoso piso de 290 metros cuadrados en el que residió hasta ingresar en el hospital. Está ubicado junto al Retiro, al lado del que tiene la Infanta Elena, su vecina. El valor de dicho inmueble está en torno a 1.200.000 euros.
Toda esta riqueza irá, sobre todo, a dos personas, las más importantes en los últimos años de la actriz. En primer lugar, Daniel Pontes, que comenzó hace 30 años a trabajar para la madrileña y se convirtió, al pasar el tiempo, en su confidente, su tutor legal y su familia.
La otra parte de la herencia será para el Padre Ángel, director de la Fundación Mensajeros de la Paz. El párroco ha sido un apoyo muy importante para la actriz, visitándole a menudo en el hospital. La iglesia de Jesús el Pobre, también recibirá parte del legado.
Esta era la voluntad de Lina Morgan, algo que a buen seguro no gustará mucho a su familia carnal, con la que la actriz apenas se hablaba. De hecho, rompió los pocos lazos que aún la unían a sus sobrinos hace tres años, cuando ingresó en el hospital y prohibió sus visitas. Ahora, Daniel, su mano derecha, también les ha prohibido asistir a su velatorio y a su incineración. Ellos reclamarán la parte de la herencia que les corresponda por ley, la legítima, aunque ésta solo contempla la obligatoriedad de heredar en caso de ascendentes y descendentes directos al fallecido, esto es, padres e hijos. En el caso de hermano y sobrinos, no hay obligación legal. La guerra entre ellos no ha hecho más que empezar.