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Así era Lina Morgan, la actriz más querida de las tablas

  • La actriz ha fallecido hoy a los 78 años

Informalia

Nacida en una familia humilde de Madrid, ("éramos pobres"), Lina Morgan vivió por y para el teatro, su único amor. Después, la pequeña y la gran pantalla la acogieron con los brazos abiertos y logró hacerse un hueco en el firmamento de las estrellas 'patrias' y en los corazones de todos los que la conocieron.

La actriz ha fallecido esta misma madrugada tras una larga enfermedad a los 78 años de edad, convertida en una de las intérpretes más destacadas del panorama nacional. María de los Ángeles López Segovia nació el 20 de marzo de 1937, fue la cuarta de cinco hermanos criados en el castizo barrio de La Latina. Ayudó a la economía familiar recogiendo botellas y cartones cuando salía del colegio, y a los 13 años ya dijo aquello de "Mamá, quiero ser artista", y comenzó a estudiar baile clásico español. Fue solista, vedette y actriz, una de las más queridas y reconocidas del país.  

Su carrera y sus éxitos son por todos conocidos, pero su vida privada es otra historia. Su hermano José Luis fue siempre su gran amigo, su mánager y su mayor apoyo en los momentos tan difíciles: "No te imaginas lo que le he llegado a querer. Lo que ha luchado este pobre hijo mío, porque era mi hijo, mi padre, casi mi novio, era la mano en la espalda para que yo no me tropezara. Era mi todo", dijo sobre él.

Pero José Luis no fue el único hombre de su vida. Lina estuvo una vez enamorada, aunque poco trascendió de aquella ilusión: "Sé lo que es querer y que te quieran. No te digo el nombre porque podría hacer daño a terceros. Además, no era famoso", reveló.

Sobre su soltería, la actriz hablaba sin tapujos, reconociendo que sí le hubiera gustado encontrar a alguien: "A lo mejor echo de menos eso que se dice de "la sombra de un hombre"... Como mujer quizá menos, porque qué quieres que te diga, ya no tengo esas apetencias de volverme loca por un hombre! Tendría que ser un 10", explicaba.

El golpe más duro de su vida fue el fallecimiento de su querido hermano, en 1996, que le sumió en una depresión: "Creo que nunca superaré la muerte de mi hermano. Ha sido injusto, se ha ido demasiado pronto, y se ha ido mal, sufriendo, deteriorado", declaraba emocionada. Después de una costosa recuperación, regresó a los escenarios. No fue hasta 2012 cuando recibió la noticia de la otra pérdida más dramática de su vida: su hermana Julia. Esta muerte sumió a la actriz en una gran depresión que, tristemente, jamás llegó a superar.

Los últimos años de su vida pasaron entre hospitales y pruebas médicas. Durante este tiempo, Daniel Pontes, su chófer, se convirtió en su amigo y su mayor cómplice. Éste asumió el papel que en otros tiempos desempeñara José Luis y se convirtió en su secretario, su gestor y su familia.

Junto a él, sin querer apoyarse en nadie más, pasó Lina Morgan los últimos momentos de una existencia centrada en el mundo de la interpretación y dejando a un lado el universo del papel couché: "Tengo poco que contar. No estoy embarazada, no tengo un novio negro, no voy a fiestas, vivo para mi trabajo". El fiel reflejo de su vida.