Besos color carmín

La barra de labios ha cumplido nada más y nada menos que 100 años. Un siglo adornando los labios de las mujeres alrededor del mundo. Los labiales han sido símbolos estéticos en todas las épocas, aunque con distintos significados y maneras de entenderlos. Su forma, tal y como la conocemos, surgió de una idea de Maurice Levy, un fabricante norteamericano que consiguió compactarlo en la funda de metal que conocemos hoy en día.

Se venden cada año millones de unidades y algunos estudios aseguran que, en tiempos de crisis, el consumo de labiales de color rojo (el más tradicional) aumenta. Actualmente en el mercado existe una gran cantidad de colores y texturas, pero el tradicional color carmín sigue primando. Pero, ¿sienta el rojo bien a todas las mujeres?

El color carmín en los labios es sin duda objeto de deseo y símbolo de feminidad, pero también es sin duda el más difícil de llevar. Javier Mascareña es un estilista que actualmente se encarga de los looks que la actriz Aihnoa Arteta lleva en la ópera Tosca en el teatro Kursaal de San Sebastian. Curiosamente, y como una muestra más de la importancia y universalidad del rojo para los labios, la actriz lleva en la obra un tono rojo de Estée Lauder.

El maquillador nos cuenta las claves y los factores que intervienen para que un rojo lleno de pasión nos siente bien o sea un completo desastre:

1- ¿Existen límites? Para Javier Mascareña no. El estilista considera que el rojo es, sin duda alguna, un clásico y segura a Informalia que "los límites en su uso los marca cada mujer, el momento del día o la ocasión".

2- ¿Influye el tono de la piel? Sí, Macareña considera este aspecto fundamental. "Al igual que existen distintas tonalidades de piel, existen de rojo. En las pieles blancas y rosáceas optaremos por un rojo Chanel o rojo frambuesa, para las mujeres pelirrojas optaremos por rojos anaranjados, para una mujer de piel morena optaremos por los borgoñas o tintos?, sentencia.

3- El grosor de los labios. El experto afirma que es justamente el grosor lo que va a determinar que nos decantemos por un tipo de rojo u otro. "Para un labio muy grueso evitaríamos el brillo. En labios finos sería conveniente primero con un perfilador dibujar el labio y optar por tonos menos saturados y brillantes".