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¿Qué tienen en común las revolucionarias Manuela Carmena y Manuela Malasaña?

  • La acaldesa de Madrid ayuda a mujeres en riesgo de exclusión social

Informalia

Puede que la revolucionaria que se levantó contra los franceses y murió aquel 2 de mayo de 1808 tenga más cosas en común con la heroína que ha sacado al PP del ayuntamiento de Madrid. O puede que no. La cuestión es que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena es también propietaria de una tienda de ropa para bebés situada en... ¡el barrio madrileño de Malasaña! Sí, el de Manuela Malasaña. Allí, entre bares y negocios, se encuentra un pequeño local en el que la clientela cada día es mayor tras la fama alcanzada por la ex jueza gracias a los grandes resultados electorales cosechados por su partido, Ahora Madrid.

Una vez jubilada, Carmena montó este negocio textil bajo el nombre de Zapatelas Amelia. La política tomó esta decisión al finalizar una visita a la cárcel de Alcalá de Guadaíra en la que llevó diferentes telas que las presas convirtieron en unos zapatitos para bebé.

Esta tienda, creada con clara iniciativa solidaria, supone la ayuda que la alcaldesa ofrece a mujeres en riesgo de exclusión social para que consigan unos ingresos cosiendo, puesto que la fabricación de los productos se lleva a cabo en las cárceles de Estremera, Aranjuez y Alcalá Meco. Hasta allí se llevan los patrones y se ofrece la formación necesaria, para luego recoger las piezas periódicamente, pagando a las presas a fin de mes.

Dentro del catálogo de productos, destacan los zapatitos de fieltro, que se hacen sin costuras y se venden a 15 euros. También hay prendas de punto, especialmente chaquetas y patucos, con precios entre 15 y 20 euros. Lo más barato de la tienda son las pelotas de quilt, que cuestan 8 euros, mientras que lo más caro es una casita plegable hecha a mano por los reclusos del módulo 3 de hombres de la prisión de Aranjuez, cuyo valor asciende hasta los 65 euros.

Otros llamativos artículos son los babys de hule con dibujos y una tarta de pañales formada por tres pisos de aparente merengue que en realidad son pañales coronados con una cinta roja, una de las ideas más extravagantes de la alcaldesa Carmena.