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La Victoria Federica más trifásica lo da todo ejerciendo de Dj en el Starlite de Marbella


    Silvia Armesto

    Victoria Federica vive el verano de sus 18 años como la mayoría de los chicas y chicas de su edad. Ahora la hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar está en Marbella y por supuesto no perdona una buena juerga en el festival Starlite.

    Gracias a las redes sociales de sus amistades somos testigos de una de sus habilidades es bailar reggaeton, como por ejemplo el de Danza Kuduro, o incluso pinchar, o sea, hacer de dj. Y dicen que no lo hace mal, sobre todo si cuenta con la impagable asistencia de un experto en estas lides, como Adrián Lozano.

    Junto a la hermana de Froilán vimos a sus amigos María Garcia de Jaime y Tomás Páramo, íntimos de la influencer María Pombo hasta el punto de ser testigos en su reciente boda. Ambos acompañaron a la nieta de don Juan Carlos en la cabina y pasaron un buen rato poniendo a bailar a todo a los congregados con su selección musical. 

    A Victoria Federica no es a la única que le hierve la sangre hierve a los 18 años, aunque la suya sea azul. La segunda hija de la infanta Elena de Borbón y Grecia cuenta a pesar de pertenecer a tan aristocrática y regia familia con un fluido sanguíneo tan azul como la noche y desde que cumplió su mayoría de edad el pasado 9 de noviembre. Desde entonces, vive la vida loca cuando le dejan.

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    Aún se recuerda su noche de fiesta en la discoteca La Nuit (Orense, 10), un local que los jóvenes madrileños de entre 18 y veintitantos años conocen bien. En aquella ocasión, el pasado día de la Cosntitución, allá por diciembre, apenas había estrenado su mayoría de edad. Fue entonces cuando una cliente habitual (de 19 años) nos contó que el local que había asistido la nieta de doña Sofía "puede llegar a ser de las que no olvidas nunca, o por el contrario puede ser de las que quieres olvidar", dijo. Aquella noche, en el garito "donde se te pegan los pies al suelo", Victoria Federica lo dio todo bailando. 

    Lo que le tocó a Victoria Federica fue beber ron con Coca-cola y bailar y testigos presenciales aseguraron que lo pasó en grande y que no escatimó con las copas, pagadas a diez euros la unidad, "como cada hijo de vecino", nos dice un cliente que compartió noche y baile con nuestra joven borbona bailona. "Debió divertirse por lo que vimos porque lo dio todo", nos aseguran.

    A las cuatro y media de la mañana estaba en la discoteca, afirmó nuestra fuente. "Iba en plan de amigas yo creo. Vi chicos con su grupo pero no creo que estuviera el torero ese con el que la sacaron besándose", nos cuentan en referencia a Gonzalo Caballero.  

    Preguntado por cómo iba de contenta, nuestro testigo nos explica que "iba trifásica". Seguimos a estas alturas sin poder descifrar el significado exacto del epíteto elegido por nuestro interlocutor para describir el estado de ánimo de Victoria Federica y la definición de la Real Academia no nos aporta gran cosa: trifásica quiere decir que tiene tres corrientes eléctricas alternas iguales, procedentes del mismo generador. Vamos, que lo pasó de miedo, una noche para recordar o para olvidar. Ella sabrá. 

    Lo que está claro es que, por las imágenes que vemos aquí, tomadas este viernes en Marbella, ella se toma on buen humor (como debe ser) lo de "trifásica" y nos confirma su estado con una mueca que va perfecta para este adjetivo incalificable

    Por cierto que, sobre la naturaleza de su relación con el torero Gonzalo Caballero y la posible vigencia de ese amor que no agrada a su familia, el próximo 15 de agosto en Calatayud tenemos la prueba del 9 de cómo va todo. Tras la grave cogida sufrida hace meses, el joven diestro reaparece en la ciudad aragonesa. Si Vitoria Federica está allí, es que la llama se mantiene. Preguntaremos a la Dolores.