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El rey Juan Carlos pierde a su socio, amigo y confidente, el príncipe Zourab Tchokotua
Martín Alegre
Con la muerte de Zourab Tchokotua este jueves en Rabat, se ha ido un pedazo de la vida y de los sentimientos del rey don Juan Carlos. El príncipe georgiano de 81 años, los mismos que el monarca español, fue no sólo uno de sus íntimos amigos desde su adolescencia, como estudiantes en un internado de Friburgo, Alemania.
Zou, como le llamaban los más cercanos, vivió de cerca y protegió el largo romance de don Juan Carlos con Marta Gayá, íntima amiga de su esposa, la multimillonaria mallorquina Marieta Salas.
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El matrimonio formó parte de la llamada corte mallorquina , el grupo que amparaba la vida privada del rey en la isla, sus aventuras amorosas, sus escapadas, las que escandalizaban a Sabino Fernández Campo, Jefe entonces de la Casa del Rey y el único que fue capaz de advertirle que no podía seguir manteniendo esas amistades, que el general Fernández Campo, calificaba de "peligrosas" para la reputación del monarca y el futuro de la institución.
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Esa actitud sincera y valiente que el general Sabino tenía por respeto y lealtad a la monarquía le costó su puesto en la Casa Real. 20 años más tarde, sus profecías se cumplieron. A don Juan Carlos se le acabó la inmunidad que gozaba en la prensa, Marta Gayá ya no es solo un rumor o una sombra y Corinna está a punto de declarar sobre las comisiones del AVE a la Meca, en las que habría salido beneficiado el rey Juan Carlos.
Sabino le dijo un día al rey, que no era correcto alojar como huésped indefinido en el palacio de la Zarzuela, a su amigo Zou, reclamado por los tribunales por alguna tropelía financiera y urbanística cometida por el príncipe y su socio mallorquín, pero allí siguió "refugiado" el aristócrata georgiano.
Lo debe estar pasando mal don Juan Carlos con la muerte de su amigo Tchokotúa, víctima de una leucemia, en Rabat, donde residía años después de separarse de Marieta, la riquísima heredera mallorquina, aficionada a la cría de los mejores caballos el mundo, hija de un prohombre del franquismo y propietaria de Ses Planes, la finca que alquilan cada año el ex embajador norteamericano James Costos y su pareja Michael Smith.
La boda de Tchokotua y Marieta Salas en la catedral de Palma en 1974 fue mucho más que la boda del año. Los Príncipes de España don Juan Carlos y doña Sofía eran los invitados de honor, pero también se encontraban entre los otros 600 asistentes los duques de Cádiz, Alfonso de Borbón y Carmen Martínez-Bordiú, su hermana Merry, la infanta Elena de Borbón, los príncipes de Saboya, aristócratas de la antigua Rusia zarista, los Hohenlohe, Gianni Agnelli, dueño de la Fiat, el Aga Khan, íntimo amigo de don Juan Carlos, las familias Fierro y March, banqueros y los más importantes magnates nacionales de las finanzas.
Zou y Marieta sólo tuvieron un hijo, Igor, que hoy ejerce como Dj y que superó una dolorosa etapa de adiciones, en la que su madre se volcó para ayudarle. El matrimonio de Zou y Marieta se rompió un día y el príncipe georgiano dejó la isla para vivir entre su rancho de California, Suiza y Marruecos, donde residía en estos últimos años, amparado por la buena relación que había tenido con el rey Hassan II, padre del actual monarca alauí.
En Mallorca no olvidan su encanto personal, sus fiestas, elegantes y exclusivas y el escándalo que protagonizó en 1992, junto al empresario Juan Oliver, acusados de una estafa inmobiliaria cometida años antes, como promotores de unas viviendas de protección oficial en la que los abogados de los afectados pedían para ellos 14 años de cárcel y una indemnización de 200 millones de pesetas, por las deficiencias de los edificios, plagados de grietas y humedades.
Tchokotua se libró de la cárcel y se declaró insolvente para no indemnizar a los afectados. Su nombre también se relacionó con el hijo mayor de Jordi Pujol, con quien inició algún negocio a través de bancos andorranos, para invertir en la capital balear, operación que resultó un fiasco, como otro de sus escándalos, en torno a la concesión de créditos ilegales en Tailandia.
En cambio, otras operaciones vinculadas con el mundo inmobiliario, el juego y el petróleo, tuvieron éxito y siempre se rumoreó que su amigo don Juan Carlos tenía relación con estos negocios. Y es que Tchokotua hizo muchos contactos y excelentes relaciones financieras, gracias a su amistad con el que sería rey de España.
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