La tendencia es indudable a día de hoy. Siempre puede darse la vuelta, pero es demasiado pronto incluso para sospecharlo si uno se somete a los principios sobre los que se asienta el estudio de las tendencias. A la luz de los gráficos semanales con sus claras rupturas alcistas, es probable que quede un largo trecho por delante antes de una caída relevante.
Lo de los datos macroeconómicos, esa afición que tiene tan entretenidos a inversores, analistas y periodistas todos los días, es una de las cosas más controvertidas que pueda uno considerar . Dicen algunos que el análisis técnico es subjetivo, y no les falta razón. Claro que igual no han pensado que, desafortunadamente, no existe una aproximación objetiva posible a una cosa como un mercado en tanto en cuanto que se necesita un modo de darle forma a los datos que de él llegan.
De hecho, si usted lo piensa un momento convendrá conmigo que lo único que es auténticamente real en el mercado son los precios, luego mucho me temo que nuestra subjetiva aproximación es la más objetiva de todas las posibles. Claro que... ¿Quién ha dicho que se pueda intentar prever un hecho social objetivamente? Claro que no, si hubiese criterios objetivos no habría mercado.
No hay nada más subjetivo que analizar lo que se deriva respecto a la economía o las empresas de los datos económicos, pues al hacerlo estamos proponiendo juicios de valor sobre ellos. Ahora bien, eso no quiere decir que no sea esa una forma respetable. De hecho es la más respetable aunque mis dudas tengo de que sea también la más efectiva para la mayoría si lo que se pretende es ganar dinero.
Y es que como dice mi amigo Paco, que es un sabio, el dato es pal rato. Y no hay nada más cierto. El viernes se publicó el desempleo norteamericano, que fue el más bajo desde 2001 para sorpresa de un mercado que viene desayunándose estos días con que esa economía se enfría irremediablemente.
En una conocida web financiera se podía leer minutos después lo siguiente: Wall Street comienza la última sesión de la semana con ascensos. Los inversores aparcan, de momento, la preocupación por el devenir de la economía,..., para inclinarse con determinación hacia las compras. Cinco días de bajadas e incertidumbre han sido los que ha tenido que soportar el mercado para que los operadores volvieran a recuperar la confianza,... La tasa de paro ha descendido por tercer mes consecutivo hasta el 4,4% frente al 4,6% anterior, a pesar de que la economía creó menos empleos en octubre que en cualquiera de los meses del año anterior. Es la tasa de paro más baja desde mayo de 2001. De todo, lo mejor, es ese de momento tan bien entrelazado. ¡Y luego me dicen los plumillas que los analistas siempre hablamos en condicional! ¡Somos contagiosos!
Un par de horas más tarde los principales índices norteamericanos caían, que el dato es pal rato. Probablemente si el teletipo se hubiese escrito a la hora en que estoy escribiendo yo, las 19:30 horas en las Españas, no habría más remedio que justificar los descensos. No le iba a quedar otra a nuestro querido periodista que enfocarlo desde el punto de vista contrario, todo muy objetivamente claro. Llamaría a sus analistas favoritos para cotejar sus opiniones, y se pondría a escribir bajo la idea de que el descenso del desempleo incide en los decepcionantes datos de productividad y costes laborales conocidos durante la semana, que fueron como para hacerse cruces, todo sea dicho.
Así, nuestro periodista probablemente consideraría objetivo decir que el descenso de la tasa de paro hasta niveles desconocidos se suma a otros datos que se publicaron durante la semana y que pueden condicionar al alza el sentir de la Reserva Federal respecto a los tipos de interés, cuando ya buena parte del mercado estaba apostando por un descenso. Todo muy objetivo, eso sí. Y es que al final, de lo que se trata, es de explicar lo que ya ha pasado, que preverlo en muy chungo oiga. Y mañana será otro día. Con un poco de buena suerte para ellos, y mala para mí, al cierre el Dow Jones Industrial habrá remontado las alzas y aquí no ha pasado nada.
Cuando hago mi trabajo de analista técnico, yo me ciño a los gráficos. Naturalmente, si atendiese a los fundamentos como hacen otros analistas supuestamente técnicos, podría completar mis análisis. Pero estaría hecho un completo lío en otras muchas veces, pues gráficos y fundamentos no siempre se entienden. Yo, que siento un gran respeto por la tarea de los fundamentalistas, tengo que vivir con los aciertos y errores de mi método.
Por ello siempre le digo que operar en bolsa se reduce a dejar correr el beneficio y cerrar la pérdida. Lo haga bien o mal va a acertar y también a errar, luego la clave del éxito para moverse en el mercado está en cómo lo hace.
¿Han cambiado los gráficos con los malos datos de estos días? No. Pues yo a lo mío, que no trabajo para tener razón sino para dejarme llevar por la tendencia cuando es fiable y huir de ella cuando las cosas se ponen feas. A la luz de los gráficos semanales con sus claras rupturas alcistas, es probable que quede un largo trecho por delante antes de una caída relevante.