última EstrategiaRecomiendo comprar para la cartera agresiva BERKELEY.
Leves alzas en Wall Street, que se queda sin fuerzas tras una apertura espectacular
La primera sesión del año en Nueva York no pudo ser más movida. Arrancó ligeramente al alza, pero la euforia se desató con los dos datos que se conocían a las 4 de la tarde (hora española): un ISM industrial que recuperó cuando se esperaba una nueva caída, y un gasto en construcción que se redujo menos de lo esperado. El Dow Jones llegaba a subir el 1% y el Nasdaq, el 1,5%.
Sin embargo, a las 8 se hacían públicas las actas de la última reunión de la Fed, mucho más duras de lo que preveían los economistas: Wall Street se venía abajo con la misma velocidad con que había subido y entraba en pérdidas. El Nasdaq llegaba a ceder el 0,7%. No obstante, al final apareció dinero dispuesto a entrar en esos niveles, y los índices cerraron casi planos: el Dow Jones subió finalmente el 0,09% y el S&P bajó el 0,12%. La mejor parte fue para el más volátil, el Nasdaq, que acabó con un alza del 0,33%.
Interpretar una sesión tan alocada es muy complicado. Técnicamente, evidencia que el mercado afronta resistencias muy duras (los máximos históricos del Dow) y podría sugerir que es necesaria una mayor consolidación antes de batirlos. También podemos estar ante un repunte de la volatilidad desde los mínimos históricos a que cayó al cierre de 2006. Ahora bien, el dinero sigue estando dispuesto a comprar ante la menor caída. Y mientras eso no cambie, será difícil ver correcciones intensas.
En un día tan plagado de referencias económicas, los movimientos de los valores pasaron a un segundo plano. Sólo destacaron las fuertes alzas de Home Depot como reacción a la dimisión de su presidente, y el desplome del 4% de General Motors después de un nuevo mes de decepcionantes ventas.
En otros mercados, lo más llamativo fue el desplome del 4,5% del crudo hasta 58,35 dólares, como reacción a la persistencia del buen tiempo en EEUU. El dólar subió un contundente 0,8% frente al euro como reacción a los fuertes datos de actividad en Norteamérica, con lo que la divisa europea cayó a 1,316 dólares. La deuda empezó con subidas en precio pero se moderaron al cierre: su rentabilidad acabó cayendo al 4,77%.