Emmanuel Macron es de los que piensa que Francia tiene demasiada presencia en el sector de la energía. De hecho, hace unos días, Francia vendió el 4,1% de sus acciones en Engie, la antigua Gas de France Suez, por 1.530 millones de euros. La Agencia de Participaciones del Estado informó de los pormenores de la operación: 99,9 millones de acciones fueron colocadas sin descuento a inversores institucionales a un precio de 13,8 euros cada una y otros 11 millones se vendieron por el mismo precio a la compañía energética. Pese a esta desinversión, Francia se mantiene como el accionista mayoritario. Por un lado retiene el 24,1% del capital de Engie y el 27,6% de los derechos de voto y, además, conserva su minoría de bloqueo para las grandes decisiones estratégicas, como por ejemplo la venta de infraestructuras a corporaciones extranjeras.
Si en los primeros días tras la cesión de títulos por el Estado, el mercado pareció tomarse en positivo la operación con avances superiores al 3% en bolsa, lo cierto es que la semana pasada la compañía retrocedió un 2,37% en el Cac 40, el índice de referencia en París. "Sospechábamos que figurabamos en la lista (de las empresas estatales susceptibles de ver reducida la participación pública)", declaraba poco después un dirigente de Engie al diario Le Parisien. "Por tanto, la sorpresa interna ha sido limitada", sentenció.
El motivo de desprenderse de 111 millones de acciones en la firma de elMonitor forma parte de un plan del Ministerio de Economía que dirige Bruno Le Maire para invertir 10.000 millones de euros en un fondo destinado a financiar la innovación. La idea es deshacerse de las participaciones estatales no estratégicas y dinamizar otros sectores. Aunque el Gobierno francés no ha desvelado qué compañías están en el punto de mira, hay voces que apuntan a Orange, Safran o Renault, entre otras, por tratarse de empresas altamente participadas por el Estado.
2017 está siendo un buen año para Engie. Desde enero se ha revalorizado cerca de un 18% en bolsa y todavía cuenta con un potencial de subida en torno al 5%. Según las estimaciones del consenso de mercado recogido por FactSet, este año la compañía francesa pasará de pérdidas a ganancias y podría alcanzar los 2.400 millones de euros de beneficio. Además, el conjunto de analistas aconseja comprar sus títulos.
Engie se encuentra en pleno proceso de transformación y en él desempeña un papel esencial la reducción de la dependencia del carbón en la producción energética. Para los analistas de Societé Generale, Engie se sitúa entre las compañías con mayor diversidad geográfica de su sector con una presencia considerable fuera de Europa (en especial en América Latina y Oriente Medio). Aunque el banco de inversión ofrece una recomendación de mantener para los títulos de la gasista, destaca que "Engie es la utility europea más grande en términos de servicios energéticos business to business y business to technology". Sin embargo, desde Societé Generale apuntan a que una mejora de la valoración sobre la compañía requeriría "más pruebas de crecimiento y retornos materiales en nuevas inversiones en bienes de capitales".