Las bolsas estadounidenses continuaron subiendo durante la primera jornada de la semana, con el Dow Jones y el S&P 500 marcando nuevos máximos históricos, a pesar de que los avances fueron muy discretos. Además, algo destacable fue ver cómo el Nasdaq 100 consiguió volver a ponerse en positivo en el año.
Este lunes Wall Street se ha levantado con ímpetu alcista, consiguiendo cerrar en nuevos máximos históricos el S&P 500, el índice con más capitalización del mundo, y también el Dow Jones industrial: el primero cerró en los 2.166,8 puntos, después de subir un 0,24% durante la jornada, mientras el avance del Dow Jones fue del 0,09% y terminó en los 18.533,05 puntos.
Sin embargo, el protagonismo lo acaparó hoy el Nasdaq 100 tecnológico, que el viernes no consiguió cerrar en positivo en el año, pero el lunes, el avance del 0,65%, sí fue suficiente para ponerse en verde en 2016: ya sube un 0,57% desde el primero de enero.
Esto era algo importante para poder seguir confiando en las subidas en Estados Unidos. Según explica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, "en Wall Street no hubo grandes noticias, más allá de que el Nasdaq tecnológio lograse cerrar el hueco abierto a principios de año. No hay nada negativo ahora en Estados Unidos: todo es alcista".
En este contexto, con las bolsas subiendo ligeramente y sin terminar Europa de sufrir Europa una caída suficientemente grande como para volver a comprar, la idea que mantiene Cabrero es ir "aumentando exposición a medida que vea oportunidades concretas en el mercado. De momento, hasta que no se cierren los huecos que se abrieron con el Brexit, esta es la idea".
El viernes, con las bolsas estadounidenses recién cerradas, Turquía daba un enorme susto al mercado, con el intento de golpe de estado por parte de una parte de los militares turcos. El resultado se ha traducido en descensos de más del 7% para la bolsa del país en la primera jornada semanal, el descenso más fuerte desde junio del año 2013. Compañías ligadas al turismo, como aerolíneas y gestoras aeroportuarias, además de mineras y los equipos de fútbol que cotizan en el mercado, se encontraron entre los valores más bajistas de la jornada.
Al margen de la renta variable, una de las primeras reacciones que se pudieron apreciar fue la que experimentó la lira turca el viernes, que de un plumazo volvía a niveles de enero, al caer un 4,6%, el descenso más fuerte que sufría en 8 años. Ayer, después del fin de semana, la divisa despertaba con subidas y recuperaba, a media sesión estadounidense, un 1,7% frente al dólar, recogiendo el resultado del conflicto.
Al margen de la lira, en el mercado de divisas el protagonismo lo acapararon el yen japonés y la libra británica. La moneda asiática fue la más bajista de la jornada en el cruce que mantiene con el dólar, perdiendo más de un 1,1% en ese cruce. Los estímulos monetarios que ha prometido Abe podrían estar detrás de esta caída, anticipando el mercado que la moneda descenderá más en el futuro.
En cuanto a la libra, fue la divisa más alcista de parqué en el arranque de la semana, con un rebote que superó el 0,5% frente al dólar. El mercado parece seguir valorando los efectos del Brexit para la moneda, quizá descontado que las caídas que experimentó tras conocerse el resultado de la votación fueron excesivas.
Uno de los activos que más riesgo tenía de sufrir las consecuencias de la situación era el crudo. Turquía es una zona clave para el paso del oro negro hacia el continente europeo, desde países de Oriente Medio como Iraq, y otros grandes productores como Rusia -en 2013, el último año del que se tienen datos, 2,9 millones de barriles diarios pasaban por el territorio turco-.
El fracaso del golpe hizo que tanto el barril Brent europeo como el West Texas estadounidense cayeran durante la jornada, con descensos cercanos al 1,6% en ambos casos, cotizando el primero en el entorno de los 47 dólares, y el americano en los 45. La causa detrás de este nuevo desplome fue que el flujo de crudo por el país ha sido normal, sin apreciarse problemas de ningún tipo en el trayecto.