Las fuertes caídas en Asia complican que Europa consiga hoy alcanzar resistencias o, lo que es lo mismo, consiga afianzar su tendencia alcista.
China fue uno de los grandes escollos a los que se enfrentaron los mercados occidentales durante 2015 y una de las grandes causas por la que la mayoría cerró en negativo. Pues la historia puede repetirse, al menos en esta primera sesión de 2016. La publicación de dos oficiosos, que no oficiales, datos de manufacturas no han resultado demasiado halagüeños y han servido de excusa a aquellos inversores que esperaban alguna señal para deshacer posiciones. Tan grandes han sido las ventas que los principales índices chinos han sido suspendidos de cotización cuando registraban retrocesos de entre el 6 y el 7%, el mismo día, además, en que se ha ampliado las horas de cotización para el yuan. Esta suspensión obedece a la puesta en marcha de una nueva prohibición china que establece la suspensión temporal de los mercados cuando estos cedan más de un 5% y total cuando las pérdidas superen el 7%