La bolsa americana está en un momento muy importante, con el S&P 500 mirando su zona de soporte clave. Los alcistas pueden encontrar argumentos para rebotar con fuerza. Disfrute el momento a corto plazo, pero tenga cuidado más allá.
Como usuario de Ecotrader sabe que la situación de los últimos meses nos ha obligado en varias ocasiones a elevar y a recortar, de manera rápida y abrupta, nuestra exposición a renta variable, y algunas veces con éxito y otras sin él, como reconoce Carlos Doblado en BlogTrade.
Pero es que el momento del mercado es complejo y las posibilidades de ver un rebote están ahí, igual que las de sufrir una corrección. Con una exposición del 30% a bolsa hoy estamos más preparados para lo segundo, pero eso no quiere decir que no haya argumentos para que podamos ver un rebote fuerte, eso sí, probablemente más a corto que a largo plazo.
La experiencia que hemos tenido en los anteriores rebotes, a los que hemos intentado subirnos elevando la exposición a bolsa para intentar no perdernos una posible reestructuración alcista que nos sacara del movimiento lateral de los últimos meses, es que al llegar frente a niveles de resistencia (la más cercana son los 11.000 puntos de Ibex 35) el mercado se arrugaba.
Le falta un algo que lo empuje, un argumento alcista, una solución a la crisis europea, o algo más de visibilidad sobre la economía americana. Por ello, hasta que no llegue (aunque puede hacerlo) es probable que cualquier rebote se quede ahí: en un rebote de mayor o menor envergadura.
Una reacción que sería lógica dentro del debate que se está produciendo tanto en Europa como en Estados Unidos entre alcistas y bajistas, sin que ninguna sea capaz de ganar ni por la dialectica ni por la acción.
Porque si en Europa estamos atascados con la crisis de la deuda, a Estados Unidos ha empezado a acosarle la espada de Damocles de otra recesión, de la temida W o la deflación. Sobre este último debate, la distinta evolución de las rentabilidades de los bonos americanos es un gran ejemplo y probablemente sea ahora lo que debe seguir más de cerca para intentar buscar pistas sobre su resolución porque cuentan con una mayor capacidad predictiva para la economía.
Son varios los muelles que podrían provocar un rebote en bolsa a corto plazo. El útil para hoy mismo sería reaccionar tras las caídas previas. La justificación pasado el viernes puede estar en este fin de semana, si de la reunión del Eurogrupo sale alguna solución para Grecia y no se espera hasta el 23/24 de junio.
Además, si la solución, que no parece muy probable viendo el entorno político, fuera algo más que ganar tiempo, que es la que lleva dando la Unión Europea desde que comenzó la crisis (por ejemplo aprobar un plan de reestructuración de la deuda, que le permita respirar de verdad con líneas de financiación no tan costosas), el argumento para los alcistas sería incluso más creíble e incluso más sostenible en el tiempo. Porque los toros, aunque le asusten las últimas jornadas que llevamos no han tirado la toalla: el Dax alemán sigue siendo alcista.
En medio de toda la tormenta que está asolando a Europa el indicador de su parqué más importante sigue sin perder soportes. En todas las caídas bruscas que hemos visto esta semana siempre se ha mantenido sobre los 7.000 puntos, que es su soporte clave, y "sin que Alemania confirme esa pérdida no se puede dar por buena la pérdida de referencias clave en el resto de índices de la zona euro", explica Alain Galibert.
De hecho, 15 puntos de los 30 que nos quedan invertidos en bolsa están ligados a este mercado, que es uno de los grandes aliados de los alcistas, como lo son las valoraciones de la bolsa en este momento. El resto de la exposición a renta variable que Ágora Asesores Financieros diseña para Ecotrader está relacionada con Japón y los emergentes.
Los alcistas también se pueden amarrar a los fundamentales, al precio de la bolsa. Hoy es difícil afirmar, por ejemplo, que la americana está cara, tal como explica Alain Galibert en un artículo temático sobre Wall Street. El precio puede ser una excusa para volver a comprar bolsa, especialmente si la temporada de resultados "adelantados" (empiezan a publicar empresas norteamericanas que cierran antes su trimestre fiscal) confirman que las empresas siguen generando crecimiento en beneficios y dan perspectivas positivas para el futuro.
Quedan, asimismo, al menos otros dos argumentos a favor de los alcistas: la liquidez y el factor sorpresa (o en este caso sería mejor decir el factor alivio). El primero es que sigue habiendo mucho dinero en mercado.
Los tipos de interés continúan en mínimos tanto en Estados Unidos como en Japón (y en Europa la política monetaria sigue siendo expansiva a pesar de que el precio del dinero ya ha emprendido las alzas). Es cierto que el final del QE2 resta algo de liquidez, pero "es algo que ya está descontado en los precios", apunta Alain Galibert. Al fin y al cabo está más que anunciado desde hace meses.
En cuanto al factor sorpresa, téngalo muy en cuenta porque puede ser clave. El mercado, por ahora, está desoyendo a Bernanke que no se cansa de anunciar que los datos económicos comenzarán a ser mejores una vez termine el segundo trimestre.
El presidente de la Reserva Federal no suele engañar, si bien ahora los inversores están pidiendo "hechos y no promesas" para creerse que no viene una segunda recesión. Un desencanto que se ha extendido después del ISM Manufacturero de mayo, que para más 'inri' vino acompañado por malos datos de empleo.
Pero, a favor de los alcistas corre que Bernanke nos puede estar dando la pista de que aquellos datos están adulterados e influidos por la crisis de Japón, que por ser una de las economías más importantes del mundo contagia a otras, y que ese factor se puede ir eliminando poco a poco.
En mayo, el ISM manufacturero retrocedió hasta los 53,5 puntos. El próximo, que se corresponderá con el mes de junio, ya tendría que tener en cuenta el contagio (esta vez en positivo) de la reactivación de Japón. Se publica el 1 de julio, pero todavía no hay previsiones, de acuerdo con Bloomberg.
Pero como le hemos explicado en el arranque de este artículo, razones para la desconfianza existen y ahora mismo están calando con fuerza, de lo que es un ejemplo la caída del sentimiento alcista del mercado.
"En el momento actual, sin pérdida de soportes clave en la tendencia de fondo, estamos ligerísimamente por encima del 10 por ciento en el diferencial entre advisors alcistas y bajistas. Habrá por tanto que vigilar muy mucho el tipo de niveles que tenemos cuando se alcance la zona de soporte clave de los 1.240 puntos del S&P 500", explica Carlos Doblado es su último comentario en BlogTrade.
Las mismas palabras sobre el 'factor sorpresa' que puede aportar la economía norteamericana o de la crisis de la deuda europea, pueden utilizarse por quienes piensan que esta vez sí que llega un proceso correctivo severo.
Inacción por parte de la Unión Europea sobre el problema de Grecia, pero que más adelante se puede trasladar a Irlanda o Portugal (que ya han tenido que pedir el rescate) o la peor posibilidad, que es que España necesite ayuda finalmente si la presión del mercado va mucho más allá.
Esto, además, refuerza la estrategia de quienes están aprovechando los rebotes para deshacer posiciones. "De acuerdo", piensan, "se pone otro parche y la bolsa sube, pero es que es sólo un parche no una solución de verdad al problema de Europa, por lo que la incertidumbre va a continuar". Y tienen razón. Porque es un riesgo que si no se ata va a seguir latente, como una patata caliente, que de forma alterna va quemando las manos.
Éste y también lo que hemos denominado "el factor sorpresa". Si la economía norteamericana no ofrece una reconciliación a los inversores pronto y ven que, efectivamente, las previsiones de mayor solidez económica de Bernanke no se traduce en algún síntoma real (el ISM Manufacturero que se conocerá el 1 de julio también nos vale), ¿por qué me voy a quedar en un mercado que cada vez tiene más cuentas pendientes a medio plazo y menos ganas de comprar riesgo?
Ayer le explicábamos que ese menor apetito se nota en las divisas, en el cruce del dólar neozelandés (kiwi) y el dólar americano, y que los nervios habían dado una nueva arma a los bajistas que hasta este momento era una trinchera para los alcistas: la volatilidad. La americana ya está subiendo y esto suele convertirse en caldo de cultivo para que los osos sean más agresivos.
Al fin y al cabo, probablemente con una visión de medio plazo (piensan algunos inversores que no se mueven en el intradía), el panorama económico no pinta nada bien. Luego van abandonando el barco. Si 2011 está siendo un año complejo, 2012 también lo puede ser y también por motivos políticos. Tenemos elecciones en Estados Unidos y un debate muy importante sobre la mesa: el de la consolidación fiscal.
Es verdad que si uno no se sienta a reflexionar parece que los problemas de la deuda son "algo europeo", pero no es así. El gran programa de estímulo económico de Obama y Bernanke ha dejado a la economía norteamericana con un déficit que ronda el 10% y con deuda emitida equivalente a más de un 1 vez su PIB. Y allí también van a tener que ajustarse el cinturón en gasto, algo que está pendiente, pero que está en la agenda de los mercados.
Con esa expectativa, la de que sin un consumo que se recupere porque se genere más empleo, con una Europa que todavía va a tener problemas porque parte de sus países seguirán sumidos en una seria reestructuración, ¿son creíbles las buenas valoraciones de la bolsa? ¿merece la pena fijarse en ellas cuando es probable que sean más interesantes adelante?, ¿más con unos emergentes que son puntal de crecimiento global, pero que no carburan por el miedo a que los procesos al alza en los tipos de interés al final dañe a sus economías?
Igual es mejor esperar y ver los toros desde la barrera en esta ocasión si invierte con una visión de medio plazo. Mientras que no haya algo que otorgue a los alcistas una razón sólida (sea por la economía norteamericana, sea porque de verdad se encuentra una salida para la crisis europea) sólo puede vivir el momento. Es decir, intentar agarrarse al carro alcista por unos instantes para luego bajarse.