El hantavirus valenciano

Parece ser que Valencia tiene dentro el hantavirus, que lo propagan las ratas y roedores en general, y cuya sintomatología es la de un constipado con dolor de espaldas y gastroenteritis. Y ha llegado el virus en cuestión a los Estados Unidos de América y allí lo han descubierto. Y ha salido fuera de nuestras fronteras porque las tierras fértiles que riega el Júcar no permiten un virus tan agresivo como este. En estos campos generosos que cada año nos regalan uno de sus bienes más cotizados, las naranjas, no pueden estar esos roedores, aquí no tienen cabida. Las tierras valencianas no permiten virus. Su fruto preciado nos da color y nos habla de alegría contagiosa y de sencillez, de crecimiento hacia arriba. Esta tierra fértil donde el sol domina los 365 días del año; donde el mar empieza pero no termina; de luz azul,  sabe de trabajo duro, de eficacia, de buen hacer, de generosidad como sus naranjales o sus limoneros, de querer, de mirar arriba… Aquí no caben los roedores, que solo se mueven por los suelos. Porque además Valencia nunca está desamparada, que para eso tiene a su Reina.

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