Pujol y no todo vale

Jordi Pujol ha puesto de manifiesto que todo vale. Tras decidir no declarar una suma de dinero de interés, ahora cuando ya está acorralado decide declararse culpable y “mostrar” ese arrepentimiento que puede exonerarle del castigo. Pero si a cualquier ciudadano que hubiera hecho algo similar la ley ya hubiera caído sobre él, en este caso parece que no le miden con el mismo rasero. Por fin ha dado con sus huesos en su casa habitual, pero ha tenido sus días de vacaciones fuera de España y mantiene un ritmo de vida normal. Y el resto de su familia parece que tampoco le ha afectado más allá de algunas fotografías veraniegas y algún periodista-becario que se les acerca de manera más o menos molesta. En cualquier país civilizado si la familia, además de no declarar al fisco, ha hecho otras operaciones dudosas, a estas alturas ya deberían estar pagando por ello. Pero nos quedaremos una vez más con una familia en que la reputación sale muy mal parada, pero sin que todo lo que tengan que devolver sea devuelto. Y así hasta el próximo. Sin embargo, los intereses políticos se habrán logrado.

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