Tras ocho meses de espera y prudencia informativa, Atresmedia ha decidido retomar el estreno de El gran salto, una serie basada en la vida del exgimnasta Gervasio Deferr. El proyecto, originalmente previsto para lanzarse en Atresplayer Premium, fue paralizado en su momento debido a una denuncia anónima relacionada con supuestos abusos que involucrarían al deportista. La decisión, tomada de forma conjunta entre la cadena y la productora, fue calificada desde el inicio como un acto de responsabilidad preventiva, dado que no existía —ni existe— procedimiento judicial abierto alguno ni pruebas concluyentes sobre el caso. La paralización se produjo tras una llamada de un abogado alertando de la existencia de un testimonio que podía empañar la emisión. Aunque El País publicó entonces una noticia inicial, se esperaba que el medio ofreciera nuevas revelaciones o entrevistas, lo cual no llegó a producirse. Según fuentes implicadas en la producción, el diario contaba con declaraciones adicionales, pero ninguna de ellas fue finalmente publicada ni respaldada con documentación verificable. "Era una situación ambigua, sin sustancia judicial, y hemos esperado durante ocho meses para comprobar si se clarificaba o no", explican desde el entorno de la serie. Durante ese tiempo, ni el testimonio original se repitió públicamente, ni hubo otras denuncias ni investigaciones oficiales abiertas. "No sabíamos quién era esta persona, nunca más habló, ni siquiera se han producido avances informativos o judiciales", afirman fuentes de la productora. La denunciante, residente en Australia y cuya identidad no ha trascendido, no ha vuelto a manifestarse desde entonces, y su abogado ha confirmado que no existen novedades. Ante este escenario de parálisis y sin elementos que justifiquen seguir frenando el proyecto, Atresmedia ha decidido retomar el estreno, aunque con un perfil comunicativo bajo y sin ánimo de exaltar ni blanquear al personaje representado. "La serie no busca exaltar a nadie. Es una obra basada en un libro publicado en 2022 que jamás fue cuestionado ni judicial ni públicamente. Si alguien quería frenar la historia, debió hacerlo entonces, no ahora que hay una adaptación audiovisual", defienden desde la cadena. El equipo creativo y jurídico ha mantenido una política de total transparencia con el entorno del exdeportista, así como con el elenco y los equipos implicados. "Era imposible seguir paralizando una producción de este calibre sin hechos concretos. Llevamos invertidos más de siete millones de euros. Además del impacto económico, está la responsabilidad con los actores, el equipo técnico y los compromisos adquiridos", subrayan. La serie, producida antes de que se conociera el testimonio que motivó la paralización, narra episodios clave en la vida de Deferr desde un enfoque dramático y humano. A pesar de incluir referencias a momentos duros, la ficción no identifica de forma directa a víctimas ni a situaciones concretas que puedan vulnerar derechos individuales. Desde la dirección del proyecto recalcan que la historia está "basada en un libro, con nombres cambiados y sin ánimo de injuriar o reescribir la verdad de nadie". Desde la productora insisten en que están preparados para afrontar cualquier comentario o aparición pública que pueda volver a generarse a raíz del estreno. "Sabemos que esta persona podría reaparecer ahora, pero nuestro compromiso ha sido siempre actuar con responsabilidad, sensibilidad y respeto hacia todas las partes", explican. También aclaran que, en caso de que surgieran nuevas evidencias o procesos judiciales, se actuará con la misma prudencia que guió la paralización inicial. En definitiva, El gran salto será promocionada en Atresplayer en los próximos días como un estreno original de la plataforma. La campaña, eso sí, evitará cualquier enfoque polémico o sensacionalista. El enfoque editorial será informativo, recordando de forma contextual que la producción fue detenida en su momento de forma preventiva, y que, ante la ausencia de desarrollo judicial o nuevos testimonios, Atresmedia ha decidido reanudar su promoción con normalidad. Con esta decisión, la cadena cierra un episodio incómodo pero manejado con un criterio riguroso, dejando claro que el contenido audiovisual no puede quedar indefinidamente paralizado sin pruebas ni denuncias formales. Mientras tanto, la serie queda a disposición del público, quien tendrá la última palabra sobre su impacto, sin olvidar que se trata, al fin y al cabo, de una obra de ficción basada en hechos narrados en un libro publicado y no cuestionado en su momento.