Jorge Javier examina con lupa a sus antiguos compañeros en 'Sálvese quien pueda': "Son droga pura"
Informalia
El final de Sálvame dejó huérfanos a muchos de los protagonistas del universo de Telecinco. Sin embargo, meses después de que la cúpula de Mediaset prescindiera de las estrellas que reinaban las tardes de la cadena de Fuencarral, los colaboradores se embarcaron en una nueva aventura de la mano de Netflix. La plataforma de streaming apostó por un nuevo formato para recuperar a los rostros más icónicos del espacio del corazón con el estreno de Sálvese quien pueda. Eso sí, el docurreality no cuenta con una de las piezas fundamentales del éxito de Sálvame: su presentador, Jorge Javier Vázquez, quien se ha pronunicado para esclarecer lo que opina sobre este nuevo proyecto.
El de Badalona ha examinado con lupa a cada uno de sus antiguos compañeros, a quienes considera que conoce "al dedillo" y califica de "ocho profesionales entrenados por y para el show": "Después de ver su reality, acabo con la sensación de que quiero mucho a esa panda", escribía en su blog semanal de Lecturas.
En este especial, Jorge expresa el amor que tiene hacia sus excompañeros y su apoyo en este nuevo reto profesional: "Pocos días después de enterrar Sálvame, comenzaba a grabarse en Miami Sálvese quien pueda con ocho colaboradores del programa [...]. Trabajaron a destajo, como lo hicieron durante catorce años [...]. Y consiguieron no solo sacar adelante el trabajo sino algo mucho más importante: seguir creando magia".
Para el presentador, sus antiguos cómplices son "ocho bestias de la comunicación", y considera que el trabajo que están sacando hacia delante para recuperarse de su salida televisiva "es complicadísimo": "Hacen muy fácil lo difícil. A eso se le llama tener talento", añadió.
Sin embargo, esto no es todo. Las palabras de amor y admiración del que fue el presentador del programa más longevo del corazón recorren las páginas de su blog semanal de Lecturas: "Arrasan con todo. Solo quieres verlos a ellos. A todas horas. Hay veces que hasta me sobran los planos recurso".
No solo elogió el trabajo de sus excompañeros y los definió como "droga pura", sino que tampoco dudó del éxito que van a consagrar con este nuevo reto profesional: "Habrá una segunda temporada. Y una tercera", concluyó.
Las palabras dedicadas a cada uno
Sin embargo, Jorge, no solo repasó el recorrido general del docurreality. También dedicó unas palabras a cada uno de sus excompañeros. Con algunos desbordó cariño y afecto, mientras que con otros se mostró bastante crítico.
En primer lugar, se dirigió a Belén Esteban, a quien define como "the queen" y considera una "máquina de televisión con patas". Después, optó por reivindicar el talento de María Patiño y aconsejarla en esta nueva trayectoria: "Dan ganas de abrazarla a todas horas y decirle que no se preocupe, que todo irá bien, que los malos no siempre ganan".
Matamoros tampoco se quedó sin la opinión de Jorge. Le considera "un gentleman de Madrid", pero recalca la ternura que trasmite al no "poder ocultar el cariño que tiene a los que pone permanentemente al límite". De Lydia Lozano hace incapié en lo "apasionada" que es en el ámbito profesional, aunque haya "tropezado millones de veces con la misma piedra". Al igual que con Víctor Sandoval, que confiesa que le ha dejado "maravillado", aunque en un primer momento "no tenía expectativas en él".
Para el que fuera maestro de ceremonias de Cuentos Chinos también aprovechó para lanzar sus clásicos dardos: "Chelo no está ni se la espera, pero aun sin estar, está. Forma parte del decorado de nuestras vidas, aunque no nos demos cuenta". Ahora bien, a quien si considera que es el alma del reality es a Terelu por ser "una maravillosa y surrealista contradicción".
Eso sí. No todo iban a ser palabras bonitas y de afecto. Jorge guardó también un lugar para la crítica. Sobre Kiko Hernández opina que debe ofrecer más de lo visto en los tres primeros capítulos. Y, aunque entiende su desgaste en Sálvame y su nueva vida con el hombre que ocupa su corazón -Fran-, el de Badalona considera que "ha dado tanto" que no se le puede permitir "que pase de puntillas".