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Melania saca las garras por su hijo Barron tras ser vinculado con los ataques de Trump a Harvard: su comunicado


Informalia

Las reformas que Donald Trump lleva impulsando desde que regresara a la presidencia de Estados Unidos han provocado que, ahora, se ponga el foco en su hijo Barron. El líder republicano anunció esta semana su intención de limitar la actividad de la Universidad de Harvard por ser supuestamente antisemita y racista con los estudiantes blancos. Por ello, teniendo en cuenta que el joven, de 19 años, atraviesa sus primeros años universitarios, hay quienes piensan que podría haber influido en su padre a la hora de abordar este asunto. El senador Sheldon Whitehouse, de Rhode Island, expresó este en X: "No puedo evitar preguntarme cuántos Trump fueron rechazados por Harvard". Una insinuación que Melania Trump, tal y como ha demostrado a través de un comunicado, no está dispuesta a tolerar.

La primera dama declaró este miércoles, a través de su director de comunicación, Nicholas Clemens, que su hijo no entra en los planes que su padre ha orquestado contra el centro educativo. "Barron no solicitó ingreso a Harvard, y cualquier afirmación de que él, o alguien en su nombre la solicitó es completamente falsa", informó.

Es sabido que ingresar a la prestigiosa Universidad de Harvard, que forma parte de la Ivy League, es muy complicado. Su tasa de rechazo a nuevos estudiantes es muy alta. Sin embargo, en el caso de Barron, desde un inicio se supo que estaba interesado en quedarse en la capital estadounidense. Desde septiembre, estudia en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York.

Por aquel entonces, Trump contó a Daily Mail que su hijo había sido aceptado en "muchas" universidades antes de decantarse por la Universidad de Nueva York. "Es un chico muy inteligente y estudiará en Stern, la escuela de negocios, que es una excelente opción en la NYU", dijo, apuntando que este "es un lugar de muy alta calidad". "Le gustó. Le gustó la escuela", aseguró el entonces candidato a la presidencia.

¿Qué pasa con Harvard?

Donald Trump informó esta semana que cancelará todos los contratos federales con la Universidad de Harvard por un valor estimado de 100 millones de dólares. El Comisionado del Servicio Federal de Adquisiciones, Josh Gruenbaum, ordenó en una carta a las agencias federales que revisaran sus contratos, rescindieran aquellos que consideraran no cruciales, y que, de ser necesario, los transfieran a otros proveedores.

"La Administración de Servicios Generales de EE. UU. (GSA) está ayudando a todas las agencias federales en la revisión para la rescisión o transición de sus contratos del gobierno federal con la Universidad de Harvard y sus filiales", explicaron desde la Casa Blanca. "Esta revisión se alinea con la directiva de la administración de que todos los servicios federales contratados defiendan y promuevan firmemente las prioridades estratégicas de la agencia".

Desde el pasado mes de abril, la administración Trump ha congelado cerca de 3.200 millones de dólares en subvenciones y contratos con Harvard y, además, le ha prohibido matricular a estudiantes internacionales, aunque esta última orden ha sido, de momento, paralizada por un juez. El Gobierno de EE.UU. ha presentado sus acciones contra Harvard como una lucha por los derechos civiles, ya que ha acusado a la universidad de tener un sesgo "woke" (progresista), de seguir aplicando consideraciones raciales en sus políticas de admisión y de tolerar comportamientos antisemitas en el campus.

Gruenbaum alega que Harvard ha continuado con "la discriminación racial [es decir, contra la población blanca], incluso en su proceso de admisión y en otras áreas de la vida estudiantil" y dice que el gobierno está "al tanto de los recientes eventos en la Universidad de Harvard que incluyen acciones antisemitas que sugieren que la institución tiene una preocupante falta de consideración por la seguridad y el bienestar de los estudiantes judíos".

Por su parte, Harvard ha optado por acudir a la vía legal: el mes pasado, presentó una demanda que busca la restauración de los fondos federales, y la semana pasada solicitó a un tribunal federal que restablezca su derecho a matricular a estudiantes internacionales. La semana pasada, la jueza Allison D. Burroughs restableció temporalmente el derecho de Harvard a matricular a estudiantes internacionales, y una audiencia el jueves determinará si dicha orden debe extenderse.

La universidad cuenta con unos 6.800 estudiantes internacionales, lo que representa el 27 % de su matrícula total. El presidente de Harvard, Alan M. Garber, calificó la cancelación de su capacidad para matricular a estudiantes internacionales como un golpe potencialmente devastador.