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Así es Elisabeth, la mujer que cuida de Morante de la Puebla tras dejar los ruedos por una profunda depresión

  • A sus 44 años, lucha desde hace dos décadas contra un trastorno de despersonalización y agorafobia
  • Su apoderado, muy preocupado: "Le fallan las piernas y se queda como sin fuerza"

Informalia

Malas noticias para la afición taurina, que pierde, al menos de forma temporal, a uno de los toreros más aplaudidos y admirados del ruedo. Morante de la Puebla se retira y no es la primera vez pero sí la que más preocupa: su apoderado anuncia que sufre una profunda depresión. "No responde a los antidepresivos y además en los últimos días le hemos hecho pruebas de todo tipo. Le fallaban las piernas y se quedaba como sin fuerza", ha explicado Pedro J. Marques en El Mundo.

El diestro sevillano, que estaba confirmado en Marbella para este sábado y en la corrida de la Beneficencia de Madrid para el domingo día 9, ha cancelado toda su agenda: "Ha decidido parar hasta que se encuentre mejor".

Morante, de 44 años, sufre desde hace más de dos décadas un trastorno de despersonalización y agorafobia (miedo extremo a los espacios abiertos), que le provocan mialgias, cefaleas y fuertes ataques de llanto incontrolado, además de confusión y desorientación. Se ha sometido a diferentes tratamientos farmacológicos e incluso recibió, en 2004, sesiones de electroshock: "Te duermen entero y te las dan. La verdad es que ha ido bien. La memoria me falla un poquito pero el doctor dice que es normal. Ellos están contentos, aunque los resultados no se van a ver hasta que pase un tiempo", explicó él mismo.

Dos matrimonios y tres hijos

El torero, de nombre José Antonio Morante y nacido en La Puebla del Río, vive alejado del foco mediático y protege con celo su vida privada, que transcurre en su tierra natal, con su círculo íntimo. Es padre de tres hijos, fruto de dos matrimonios distintos. El primero con Cynthia Antúnez, a la que dio el "sí, quiero" en una ceremonia religiosa ante 400 invitados a la que llegaron en coche de calesa. Dos años después, dieron la bienvenida al pequeño José Antonio. Ambos lo acompañaron en 2004, cuando Morante cayó en una terrible depresión. Tuvo que ser ingresado en un centro psiquiátrico y dejó temporalmente su profesión.

En 2008 llegó el divorcio y solo un año después, una nueva ilusión: Elisabeth Garrido. Se casaron por lo civil en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), en la Hacienda Los Ángeles. Entonces, la novia ya estaba embarazada de tres meses, pues solo seis después del enlace llegó al mundo su primera hija en común, María. En 2013, nació Lola.

La sevillana, vecina también de Puebla de la Ría, se ha convertido en el mayor apoyo de Morante durante estos años tanto dentro como fuera de los ruedos. Es de las pocas mujeres que acompañan a su marido a las corridas y sufre con cada pase. También los disfruta, como una aficionada más. Muy amiga de Rosario Domecq (mujer de El Juli) regenta el bar La Capilla, que se ha convertido en el punto de encuentro de amigos y aficionados al toro. La familia reside en la Huerta de San Antonio, una finca que tienen acondicionada con instalaciones deportivas, como un campo de fútbol, además de un espectacular caserío y de una plaza de tienta. Tienen también una casa vacacional en Matalascañas, Huelva, que le compraron a Vicky Martín Berrocal en primera línea de playa.

A Morante lo definen como un hombre serio y responsable. Entre sus aficiones está la caza, el boxeo, el fútbol y las peleas de gallos. También pinta, como su compañero Palomo Linares, colecciona antigüedades y lee a Lorca: "Me inspira", confiesa. Entre sus amigos más cercanos se encuentran Joaquín, ex capitán del Real Betis (equipo en el que juega el hijo de Morante) y Santiago Abascal.