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Tamara Falcó desvela la cara B de su ático millonario: "Hay una vecina que está amargada"
- La marquesa de Griñón está encantada con su nueva casa, aunque no es oro todo lo que reluce
- El plan prenavideño de Tamara Falcó junto a toda su familia política antes de pasar sus Navidades en Miami
Informalia
Tamara Falcó se mudó a finales del pasado mes de noviembre a su nuevo piso, una vivienda situada en Puerta del Hierro, el mismo barrio donde vive su madre, Isabel Preysler, y que está hecha a su medida para cumplir con todas las preferencias y las de su marido, Íñigo Onieva. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y desde que se mudó ya ha vivido algunos problemas.
La marquesa de Griñón ha hablado en su última entrevista con la revista Hola sobre cómo ha vivido las primeras semanas de convivencia con su marido, con el que hace solo un mes presentaba el ático millonario que encargaron al arquitecto Joaquín Torres. Según declara Falcó, ambos están muy felices con la vivienda, pero ya han vivido algún que otro roce con el vecindario.
La hija de Carlos Falcó afirma que sus vecinos son, en general, "superdiscretos, amables y muy educados". Incluso los niños son "una gozada" porque dan mucha alegría. Sin embargo, no todo el mundo le aporta el mismo bienestar, pues una mujer que vive en las inmediaciones de su casa no le pone las cosas fáciles. "Mis vecinos van a su bola, aunque hay una señora mayor que está amargada", se ha sincerado.
La colaboradora de El Hormiguero no ha intimidado "lo suficiente" con ella, pero hace unos días volvía del parque son las perritas y la vecina le dijo: "Estoy hasta las narices de que dejéis las cacas de los perros". Falcó contestó: "Oiga, señora, las recojo siempre. Acabo de hacerlo". Sus vecinos, al llegar al edificio, le dijeron que "esa señora grita a los niños". "Está harta de ellos y de todo. Es para decirle: 'Oiga, es lo que tiene residir en una comunidad de vecinos, que hay que convivir' (ríe)", cuenta en la entrevista, con sorna.
Asimismo, la hermana de Ana Boyer afirma que su ático es un gran lugar para convivir con Onieva, con el que se siente muy cómoda pese a las típicas discusiones de pareja: "Hay veces que necesito mis horas in between de sueño para ver las cosas de otra forma, para despertarme y decir: 'Bueno, no es tan grave'. De todas formas, intentamos no hablar de ciertas cosas a última hora de la noche. Eso sí lo hemos decidido conjuntamente. Al final, no quieres dormir enfadada o no descansas igual. Hay que elegir el momento correcto para hablar de las cosas".