La verdadera Georgina, de Venecia al Cabo de Gata: así fue la tarde playera de la novia de Cristiano
Informalia
De todo lo que unió a Cristiano Ronaldo y a Georgina hace ya siete años, lo que más destaca es su obsesión en común: no pasar desapercibidos. El futbolista portugués, a sus 38 años, mantiene intacta su evidente necesidad de llamar la atención allá por donde va, mucho más que otros astros del deporte, tanto si está jugando en el campo y celebra un gol o lamenta una mala jugada con algunos de sus conocidos gritos y aspavientos como si está a bordo de su avión en familia, lanzando selfies o navegando en su yate de 27 metros de eslora.
Georgina (Buenos Aires, 27 de enero de 1994), nacida en Argentina pero criada en Jaca, se contagió enseguida por ese apego incontrolable por no pasar desapercibida. Pero es que además lo ha rentabilizado. Tal vez el origen humilde de ambos les haya llevado a hacerse adictos a estas exhibiciones, que son siempre llamativas, cuando no estrambóticas, ya sea en la pasarela veneciana, en su serie de Netflix, comprando bolsos caros como los que vendía cuando su novio iba a comprárselos o contestando preguntas de Pablo Motos en El Hormiguero.
Este viernes, la influencer se encontraba en la coqueta pedanía de Agua Amarga (Almería), una de las localidades más bellas del Cabo de Gata. Allí recorrió sus calles blancas y floreadas junto a su familia, varios acompañantes, seguratas, asesores y demás séquito, actuando en todo momento con exquisita amabilidad y relativa normalidad, dado que, inevitablemente, muchos de los que la vieron y reconocieron la retrataron. Ella incluso se prestó con paciencia y hasta con una sonrisa a hacerse selfies con fans y admiradores.
En una de sus paradas, se sentó con su grupo en una mesa de un chiringuito frente a la playa, donde se convirtió en la comidilla de quienes pasaban allí la tarde. Iba vestida con sencillez propia del lugar y el momento: peinada con coleta, con una gorra verde agua, una camiseta blanca, shorts negros y zapatillas de deporte Nike, marca que tiene formado un mega contrato con Cristiano.
Todo relativamente normal, dada la naturaleza del personaje, una celebridad a nivel mundial. Excepto por un pequeño detalle, de 27 metros de eslora, fondeado en la playa de Agua Amarga, que no es precisamente inmensa.
El mega yate de Cristiano Ronaldo con el que Georgina visitó la pedanía era en sí mismo, este viernes, como un inmenso letrero de neón que señalaba desde cualquier punto frente a la costa aguamargueña la presencia de alguien importante. Esa misma nave en Puerto Banús o Palma no hubiera llamado la atención pero frente a la deliciosa playa de Agua Amarga era como si hubiera salido del mar una pirámide de Egipto.
27 metros de yate en una playa de 660 metros
Pero no era una pirámide sino un Azimut Grande 27 Metri, cuyo precio base es de 6,2 millones de euros, cantidad que puede aumentar en función de los accesorios y extras que se quieran añadir y que son casi infinitos. El astro portugués lo compró en el verano de 2020 y, desde entonces, él y su familia han disfrutado de varios periodos de vacaciones, como pudimos comprobar este viernes. El propio Cristiano Ronaldo y su mujer suben a veces fotos a sus redes sociales desde la cubierta y el interior de este lujoso yate que cuenta con cuatro dormitorios y cinco baños.
El yate no es ni de lejos uno de los más grandes del mundo, pero cuenta con un diseño espectacular, con grandes terrazas en diferentes niveles y laterales con grandes ventanales que dan gran luminosidad al interior. El solárium de la planta superior tiene un jacuzzi, mientras que en la cubierta hay un bar con sillas altas donde se puede disfrutar del paseo en barco.
El mobiliario interior y exterior es obra del italiano Achille Salvagni, uno de los 100 diseñadores de residencias de lujo e interiores de yates del mundo. El diseño interior de las habitaciones y los baños tiene un aire hogareño con toques náuticos. Los techos, los acabados y los muebles tienen una suavidad y una gracia elegante en sus líneas. En el salón, los sofás, los sillones y la mesa de comedor tienen capacidad para 10 personas. Los tonos de los colores dan un punto de serenidad con colores pastel que dan una sensación de exclusividad que se asocia con Azimut.
El camarote maestro está en la cubierta principal y ocupa todo el ancho del barco, lo que da una gran amplitud a la estancia más importante del barco. La gran luminosidad es otro punto a favor del camarote, ya que las ventanas van del suelo al techo. También incluye un vestidor y armarios especiales para que el armador guarde algunos de sus accesorios más importantes, como una sección donde puede colocar sus lujosos relojes.
Los camarotes que se encuentran en diferentes cubiertas están conectados por una escalera de caracol. Una de las posibilidades del resto de camarotes es disponer de habitaciones con dos camas individuales o una de matrimonio. Cada una de estas habitaciones cuenta también con armarios que se adaptan bien al diseño del barco para no ocupar más espacio del necesario. Es decir, los armarios de los dormitorios de invitados están empotrados y ocultos dentro del suave diseño de la habitación, con la intención de así poder aprovechar el espacio al máximo. Tiene una capacidad de combustible de 9.500 litros y una capacidad de agua de 2.000 litros. La velocidad ideal de este barco es de 22 nudos con sus dos motores de 1.900 caballos de potencia.
Los residentes y veraneantes del paradisiaco enclave almeriense elegido este fin de semana por Georgina están acostumbrados a compartir playa y chiringuito con celebrities. Desde la almeriense Isabel Jiménez y su amiga Sara Carbonero, que pasó por allí cuando aún estaba con Casillas, hasta los reyes de Suecia o la mismísima Letizia Ortiz, que hizo un curso de buceo cuando aún no conocía a don Felipe.
Sin embargo, un famoso es un famoso. Y da para comentario por muchos que hayas visto. En los grupos de Whatsapp de quienes coincidieron este viernes con Georgina y tuvieron posibilidad de inmortalizarla, corren las fotos posadas o robadas y también hasta surgen los debates de si conviene o no al pueblo dar publicidad a estas visitas.
Por supuesto, cuando sondeamos a los vecinos nos encontramos respetables opiniones pero muy distintas. Unos prefieren no dar publicidad a estas visitas para no recargar más de visitantes una población abarrotada en verano; otros, reprochan que se fastidie al famoso con cámaras y hasta claman por su derecho a la privacidad (aunque en realidad Georgina viva de su fama), incluso en una playa pública.
Es inevitable, se diga lo que se diga, que si una celebridad mundial aparece en un lugar a pie de playa, fuera del ámbito prefabricado de una docuserie de televisión, una pasarela, o un selfie convenientemente cocinado, la prensa fotografíe a su objetivo, siempre que se halle en un lugar público, como es una playa.
Pero si además tenemos en cuenta que, aparte de ser la novia de Cristiano, la lucrativa profesión de Georgina Rodríguez es la de influencer, no debe molestarle en exceso que le saquen fotos. De hecho, a ella no pareció molestarle porque mantuvo una amable sonrisa incluso cuando algunos de sus acompañantes trataron de impedir de malos modos y con cierta violencia que se tomaran imágenes de ella subiendo a la zodiac que le llevaba de regreso al yate al final de la tarde.
Georgina fue correcta, amable y sonriente, no así algunos de sus asistentes
No fue Georgina, es justo decirlo, quien estuvo incorrecta este viernes, sino algunos de estos personajes que, o no conocen la ley, o no les importa usar la fuerza y los malos modos contra quien, con todo el derecho, puede (y debe, si es periodista) obtener testimonio gráfico de un hecho noticiable, siempre y cuando estemos hablando de un personaje público en un lugar público.
Georgina es un símbolo del lujo sin complejos llevado a sus extremos, protagonista de un reality televisivo en Netflix en el que exhibe su empalagosamente alto nivel de vida. También es madre (biológica o adoptiva) de cinco pequeños a los que exhibe en las redes sociales y los aviones privados y donde le apetece.
Dice La Voz de Almería que Georgina Rodríguez se va a quedar todo el fin de semana disfrutando con los suyos en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Y hasta hay quien afirma, como decíamos, que Cristiano está al caer. Prepárense para ver más paparazzi. Pero avisamos: el yate de Georgina abandonaba poco antes de las 13 horas Agua Amarga con rumbo desconocido, aunque suponemos que fondeará en otra de las paradisiacas calas del Cabo de Gata.