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Desesperada campaña para 'blanquear' a Luis Rubiales: su madre, sus primas y hasta la tía abuela dan la cara mientras él se esconde


    Informalia

    Continúa la polémica por el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial de Fútbol en Australia. Tras la bochornosa rueda de prensa en la que el presidente de la RFEF se negó a dimitir por su conducta, el protagonista ha puesto pies en polvorosa y se ha refugiado en Motril, donde sus vecinos y familiares han tomado las calles este lunes. "No se lo merece", dicen.

    La prima del ex futbolista ha sido la primera en tomar la palabra ante las cámaras después de que la madre de Rubiales anunciara una huelga de hambre desde la iglesia del pueblo, donde se ha encerrado a cal y canto con permiso del párroco. "Su madre está todo el día llorando, sin comer y dormir. No es justo el acoso y derribo que está sufriendo Luis", ha dicho Vanessa. "Estamos sufriendo muchísimo, se le ha juzgado antes de tiempo y los vídeos y los audios hablan por sí solos".

    La mujer se dirige directamente a Jenni Hermoso: "Queremos que ella diga la verdad, ha cambiado tres veces su declaración. Si ella de verdad se ha sentido acosada, que hubiera ido donde tuviera que ir desde el primer momento". Vanessa asegura que han tenido que abandonar sus casas por el acoso que sufren. "No es justo. Luis es una buenísima persona, es muy noble y tiene un gran corazón. Ahora no sabemos dónde está, no coge el teléfono".

    Hasta la iglesia de la Divina Pastora de Motril se han trasladado decenas de vecinos que manifiestan su apoyo a Rubiales y a su madre, atrincherada en el templo. "Siento asco por lo que le han hecho, estamos perdiendo el norte", ha dicho una amiga de la familia. Dolores Maldonado, tía abuela de Rubiales, ha añadido: "Le están lapidando y no se lo merece. Un beso no es para tanto".