Sofía Vergara y el alcohol: el motivo de su divorcio con Joe Manganiello
Informalia
La separación de la actriz de Modern Family y el de True Blood tras ocho años de matrimonio ha caído como un jarro de agua fría entre sus miles de seguidores, que los veneraban como una de las parejas más unidas y enamoradas de Hollywood. Dos días después del anuncio de su divorcio, ha salido a la luz uno de los motivos que los ha distanciado de manera irreversible: el alcohol.
Según fuentes cercanas a la pareja, el agua con misterio es uno de los placeres de Sofía Vergara, que disfruta de una cerveza o una copa de vino a diario, incluso de un buen cóctel cuando la ocasión lo merece. Una costumbre muy española que incluso recomiendan los expertos (por las propiedades de la uva y la cebada) pero que a Joe Manganiello le costaba sobrellevar, pues él es completamente abstemio desde hace 17 años, cuando ingresó en una clínica de desintoxicación para solventar sus problemas de alcoholismo.
Según Daily Mail, al protagonista de Magic Mike se le hacía muy duro convivir a diario con el alcohol y mantenerse sobrio, resistir a la tentación, por lo que pidió en varias ocasiones a su esposa que dejara de beberlo, algo a lo que ella no accedió. No es, obviamente, el único motivo de su distanciamiento pero sí uno de los más importantes.
Amigos y familiares afirman que su relación comenzó a flaquear hace ya dos años: "Han estado distanciados desde hace un tiempo ya y trataron de resolver las cosas, pero están enfocados en diferentes áreas de sus vidas". Su separación, como decíamos, ha sorprendido a propios y extraños: "Nunca he visto a dos personas tan enamoradas, tan apasionadas, tan felices. Siempre estaban riéndose, amorosos y muy felices. Había un brillo mágico alrededor de ellos".
Por el momento, todo apunta a que el divorcio se llevará a cabo en términos amistosos, pues Sofía y Joe firmaron un acuerdo prenupcial con separación de bienes y, al no haber hijos en común, cada uno se quedará con lo suyo. Ella tiene una fortuna que ronda los 180 millones de dólares; la de él asciende a los 40. El único problema sería su mascota, Bubbles, un chihuahua que adoptaron juntos y cuya custodia tendrán que acordar.