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Adiós al mito de Ana Obregón: las prótesis de mama no explotan


    Informalia

    Ni falsos mitos sobre sus tóxicos efectos secundarios, ni resultados garantizados para toda la vida. Desde la Asociación Española de Cirugía Plástica y Estética se apuesta por la información veraz y rigurosa previa al paso por el quirófano. La cirugía estética sigue siendo uno de los sectores de la práctica médica que más noticias suscita y en torno a la cual continúan circulando rumores, falsos mitos e inexactitudes que, en muchas ocasiones, crean temores y recelos en posibles pacientes.

    Un flujo de información que no guarda relación directa con el número de reclamaciones por responsabilidad sanitaria. Según acaba de hacer público el diario Inmédico, la cirugía estética, plástica y reparadora no se encuentra entre las diez especialidades más conflictivas en este sentido durante 2016.

    Sin embargo, asuntos como el escándalo de las prótesis PIP, que sacudió Francia en 2011, cuando se descubrió que una empresa fabricaba los implantes mamarios con silicona de tipo industrial, han provocado mucha alarma y desinformación en el paciente. Lógico si tenemos en cuenta que los implantes de mama no se emplean sólo para embellecer y aumentar la talla del pecho femenino, sino también en la reconstrucción de la mama afectada por el cáncer.

    Quienes demandan la mamoplastia por una u otra razón se dirige desde la AECEP, Gustavo Sordo, director de la clínica del mismo nombre. Para el experto, es básico que las respuestas procedan de los profesionales y no de internet, donde la avalancha de datos y noticias no permite a veces distinguir las excepciones de la generalidad.

    Para el doctor Sordo, la labor de entidades como la Asociación Española de Cirugía Plástica y Estética es desmitificar. Tranquilizar, por ejemplo, explicando que el tema de las PIP "fue algo lamentable que sucedió porque las autoridades sanitarias europeas no pusieron los medios necesarios para controlar la calidad del proceso de fabricación". Desde entonces se han venido implementando mejora de seguridad, con garantías de reemplazo del implante en caso de rotura.

    A pesar de las mejoras en I+D que realizan las empresas y en el grado de robotización y automatización de la fabricación de los implantes, las mujeres con prótesis de mama deben acudir a revisiones periódicas. Francisco Menéndez Graiño, presidente de la AECEP, quiere evitar el calificativo de "permanente" y explica que "aunque hay pacientes en las que se rompen los implantes a los 6 años y otras que a los 30 años tienen las prótesis integras, el 50% romperán a los 20-25 años".

    Se calcula que a los 10 años se rompen un 5,7% de los implantes (según algún fabricante), y que la vida media de los implantes (rotura del 50%) se ve entre los 20 y 25 años tras la implantación. Graiño considera que estos datos deben darse a conocer a la mujer antes de someterse a la intervención de pecho, para que sea consciente de que si se aumenta la mama a los 20 ó 25 es muy probable que a los 40 ó 45 tenga que cambiarse las prótesis, con el consiguiente desembolso. Además, añade, debe de saber que una segunda cirugía de recambio de prótesis siempre es más larga y latosa que la primaria, pues "además de quitar la prótesis rota debemos de resecar la cápsula que nuestro organismo creó alrededor de ella, con el consiguiente incremento del sangrado".

    Las ecografías de control deben realizarse una vez al año, o cada dos, dependiendo de la edad. Son estrictamente necesarias puesto que, explican los doctores, la cubierta de las prótesis puede romperse y no dar ninguna otra manifestación externa.

    Una vez más, desde AECEP se descartan mitos habituales como que las prótesis puedan explotar a grandes alturas (leyenda urbana que circulaba sobre un incidente sufrido por Ana Obregón hace unos años), que impidan la detección del cáncer de mama, que interfieran en la lactancia, que produzcan alergia o que alteren la sensibilidad sexual de la mujer de forma definitiva. En este último punto, Menéndez Graiño advierte de alteraciones temporales, por exceso o defecto de sensibilidad, pero que desaparecerán al cabo de unos meses.

    Asimismo, se recuerda que "es una absoluta burrada la reutilización de prótesis de segunda mano, tal como se hace en ambientes marginales donde no se tiene ningún respeto por la mujer", en clara alusión a circuitos no controlados en algunos países asiáticos y latinoamericanos.

    Por último, recalca que son los pacientes los que deben comprobar que su cirujano está en posesión del título de Cirujano Plástico, Estético y Reparador que emite el Ministerio de Educación. De nada sirven falsos títulos como 'cirujano cosmético', 'cirujano estético' o 'cirujano plástico facial', que no están contemplados por el Ministerio de Educación y son otorgados por asociaciones privadas o tras la realización de cursillos. Es sencillo comprobar la acreditación del profesional a través del colegio de médicos correspondiente (incluso puede hacerse a través de internet).