Casas Reales

Los hijos de la infanta Cristina y Urdangarin se llevaron a sus novias al cumpleaños de Juan Carlos I: solo faltó el novio de Juan


Informalia

Flamenco, magia y un espectáculo de drones a orillas del Golfo Pérsico. El 87 cumpleaños del rey Juan Carlos fue una fiesta de la que ahora sabemos un poco más, aunque llegue dos semanas tarde. La periodista y escritora francesa Laurence Debray, quien fuera a publicar la biografía del emérito, ha firmado un reportaje en Hola donde este miércoles informa con pelos y señales sobre la celebración que tuvo lugar en Abu Dabi. Estaban sus hijas y la mayoría de sus nietos (algunos muy bien acompañados), a excepción de la princesa Leonor y la infanta Sofía.

Pablo Urdangarin viajó junto a su novia, Johanna Zott, quien aparece en el posado familiar con un vestido negro que combinó con un bolso de mano granate. De los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, es el que goza de la relación más duradera. Con su novia lleva poco más de dos años y, aunque nunca habla de su vida personal, sí se ha dejado ver con ella en los descansos de sus partidos de balonmano, donde ella le anima desde la grada -solemos verla en compañía de la infanta y de Irene Urdangarin- o dando paseos por Barcelona. Esta guapa estudiante de Medicina, de 22 años, ya había acudido previamente a otros encuentros familiares.

Por su parte, Irene Urdangarin acudió con Juan Urquijo, con el que recientemente celebró su primer aniversario. La pequeña de la familia copó los titulares durante un tiempo tras conocerse su relación con el hermano de Teresa Urquijo, puesto que llamó la atención que son primos terceros -el abuelo de Irene es el rey emérito, primo de Teresa de Borbón-Dos Sicilias, de la que, a su vez, es nieto Juan-. En numerosas ocasiones los hemos visto pasando tiempo juntos en Madrid, aunque ahora, con la estancia de la joven en Oxford, sortean con seguridad las trabas de la distancia. Irene lució en la fiesta de su abuelo un vestido azul estampado, mientras él optó por un traje de color azul marino que combinó con una camisa blanca.

Miguel y Olympia Beracasa llevan juntos desde el pasado verano, pero lo suyo va muy en serio, prueba de ello la asistencia de la joven a esta cita familiar. Ella es la hija de un banquero venezolano Alfredo Beracasa y de la exmodelo estadounidense Elizabeth Kane, y ha crecido en un entorno privilegiado, entre Caracas, Miami, la Costa Azul y Suiza. Aunque lleva una vida discreta, ha logrado integrarse rápidamente en la familia Borbón y Grecia, asistiendo a eventos como el funeral de Juan Gómez-Acebo y acompañando a la infanta Cristina en varios partidos de balonmano de Pablo. En el cumpleaños de don Juan Carlos se presentó con un veraniego vestido de topos de color marrón.

Sumándose a sus primos Victoria Federica y Froilán, Juan asistió a la celebración familiar a solas, lo que no quiere decir que no esté enamorado. El mayor de los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin saltó a los titulares el pasado mes de diciembre al trascender que convivía en Londres, donde trabaja, con su novio. Durante mucho tiempo su relación permaneció fuera de los titulares, pero fuentes cercanas al entorno del primogénito de los Urdangarin han confirmado la estabilidad sentimental de Juan en este momento. El pasado verano, surgieron rumores sobre una supuesta ruptura amorosa que habría llevado a Juan a abandonar la capital británica para instalarse temporalmente en España. Sin embargo, estas informaciones fueron desmentidas por personas cercanas a Juan, quienes aclararon que el regreso a Inglaterra fue parte de su vida normal, lejos de cualquier turbulencia sentimental.

Un cumpleaños más en Abu Dabi

Lo que vemos y leemos en la revista confirma en gran medida lo que ya avanzó en su día Informalia: el 87 cumpleaños del Rey Juan Carlos no parece grotesco como aquel otro de hace un año que también fue portada de Hola con Su Majestad cortando un pastel y con el escudo de su Casa y otros detalles. Esta vez, como ya adelantamos incluso antes del 5 de enero, la celebración ha sido más entrañable que ostentosa: un abuelo con sus nietos y sus hijas y un grupo de amigos y leales, sin Los Del Río, sin la presencia de ninguna ex amante, como se llegó a decir, y en un magnífico hotel pero no en su residencia. La autora aporta algún dato como el que nos informa de que don Juan Carlos no viene más a Madrid porque le rompe el corazón no poder pernoctar en su casa, en Zarzuela, sino en un hotel, como parece que dispuso su hijo hace años, cuando el emérito se "expatrió", expresión usada por Debray.

Por lo demás, lo que cuenta Debray es que un grupo de treinta amigos hizo el viaje para acompañar al rey, como el año anterior, cuando, por primera vez desde su expatriación a los Emiratos hace cuatro años, organizaron una celebración familiar y amistosa con motivo de su cumpleaños. Dice que algunos no pudieron asistir debido a problemas de salud o compromisos familiares, pero que han prometido hacerlo el próximo año. Cuenta que el objetivo de la celebración era "romper el aislamiento en el que el Rey se encuentra desde que rehízo su vida en una pequeña isla frente a Abu Dabi". Allí cuenta con la compañía de su nieto Froilán, recuerda y que el antiguo monarca recibe visitas esporádicas y espera con ilusión las de sus hijas. Asegura Debray en el reportaje que el emérito recibió "conmovido" a quienes le brindaron su cariño en una cita tan especial.