Casas Reales

El rey Felipe VI se escapa a esquiar a Formigal: su plan de fin de semana sin Letizia


Informalia

El rey Felipe VI ha aprovechado este fin de semana las buenas temperaturas para disfrutar de una de sus mayores aficiones: el esquí. Tras visitar la estación de esquí de Formigal hace ya seis años, el monarca ha vuelto al en compañía de un grupo de amigos.

El hijo de Juan Carlos I, que este viernes era fotografiado en el Club Náutico de Sanxenxo junto a la infanta Elena, ha puesto rumbo a Huelva para gonzar con sus amigos de una visita privada. Allí se le ha visto risueño y relajado desplazándose en telesilla junto a sus acompañantes, por la zona de las Sextas. Eso sí, con la ausencia de Letizia, que no comparte el amor de su marido por este deporte.

Ha sido alrededor de las 10.30 horas cuando este sábado, el rey, en solitario, ha hecho su entrada en la estación de esquí, entre medidas de seguridad. Por su parte, la princesa Leonor y la infanta Sofía permanecen atentas a sus respectivas agendas, en Zaragoza y Gales, respectivamente.

La estación de esquí de Huesca ofrece más de 166 kilómetros esquiables y espesores de nieve que oscilan entre los 75 y 230 centímetros, tras las últimas nevadas registradas. El presidente ejecutivo de Aramón, Antonio Gericó, ha acompañado en su jornada de esquí al Rey Felipe VI, como ya hizo en 2018, cuando visitó las pistas del Pirineo aragonés.

El emérito, en Sanxenxo

Por otro lado, tras obtener el beneplácito de su equipo médico, el rey emérito se trasladó al Club Náutico de Sanxenxo para volver a bordo del Bribón, una de sus grandes pasiones. Ayudado por su asistente personal, bajó las escaleras y subió a bordo de la embarcación, donde disfrutó de la buena compañía y posó para una fotógrafa de excepción: su hija Elena.

La infanta llegó a la localidad pontevedresa el pasado jueves por la noche, unas horas después de su padre, para disfrutar con él de las regatas. Un día después, lo acompañó durante toda la mañana, aunque no navegó junto a él en el Bribón, sino que siguió el entrenamiento desde una embarcación auxiliar llamada Cristina, como su hermana. Junto a ella Inés Muiños, mujer del armador Josep Cusí, íntimo amigo del emérito, que posó con don Juan Carlos muy sonriente desde el Bribón bajo la lente de doña Elena.