Muere el elefante con el que Estefanía de Mónaco palió su depresión en 2017: "El ser humano me ha defraudado"
Enrique Espada
Baby, el segundo elefante que Estefanía de Mónaco salvó de una muerte segura hace diez años, fallece repentinamente. Así lo ha anunciado formalmente la Asociación Baby et Nepal, constituida por la princesa en 2013 para acoger y atender las necesidad tanto del elefante recién fallecido como de Nepal, que murió hace cinco años.
"Estefanía siempre estuvo interesada en los animales (...) Creo que necesitaba algo para ocupar su energía después de que sus hijos comenzaran a mudarse", explicó hace años el príncipe Alberto II a la revista People, cuando la princesa decidió ponerse como reto luchar por la vida de estos dos paquidermos a los que ha dado una mejor vida, amor y cariño durante años.
Así mismo lo reconoció ella para Point de Vue en 2017, concediendo con el proceso de emancipación de sus dos primeros hijos. Fue una entrevista en la que se abrió en canal al expresar que se encontraba en un mal momento anímico por esta razón: "Todas las madres del mundo conocen este sentimiento de vacío, este momento en el que te sientes un poco menos útil. Ahora mis hijos me dicen: 'Estás todo el tiempo ahí arriba [con Baby y Nepal], te aíslas'. Sí, pero es que el ser humano me ha defraudado tanto…"
Sobre Baby, Nepal y Estefanía
Se trata de una preciosa historia de comunión entre una persona de sangre azul y los animales. Baby y Nepal fueron las inconfundibles estrellas del circo Pinder. Pero en 2010, su suerte cambió tras unos análisis erróneos que concluyeron que ambos estaban enfermos de tuberculosis.
La intervención aquí de Estefanía fue crucial para evitar su sacrificio, pues antes de que el circo los ejecutara la princesa decidió llevar a los tribunales el asunto para impedir sus muertes. Algo que obviamente se consiguió, principalmente porque se descubrió que fueron unos análisis falsos, y le permitió adoptarlos y cuidarlos durante todo este tiempo en un lugar mucho mejor para ellos: el rancho familiar de los Grimaldi, ubicado en plena montaña, donde Rainiero III ya había tenido antes animales de todo tipo.