Prueba del Renault Scénic 1.5 dCi 110 CV: familiar completo y parco en consumo
Juan Luis Soto
En su cuarta generación, el polivalente Scénic se ha vestido a la moda crossover para seguir dominando el segmento de los monovolúmenes compactos.
Se trata de un coche que siempre ha buscado ser más práctico que seductor. Pero en esta generación el esfuerzo en dotarlo de un estilo más atractivo se nota al primer vistazo. La moda tira al SUV y el Scénic se otorga un aspecto que sigue esta tendencia. Con su perfil muy estilizado, de silueta casi cupé, ha visto aumentar sensiblemente su distancia al suelo y se dota de ruedas grandes con llantas de 20", todo un guiño a los ahora tan populares SUV.
La nueva seducción estética del Scénic y su cálido interior animan a conducirlo. Y no defrauda en absoluto ya que el apoyo del chasis es muy bueno, acompañado por unas suspensiones que cumplen perfectamente su compromiso de hacer el viaje cómodo y a la vez dotar al coche de buena estabilidad sobre cualquier tipo de carretera.
En un principio las imponentes llantas de 20" nos causan recelo en este sentido, pero a no ser que calcemos neumáticos de perfil bajo que la hacen más seca sobre baches, el resultado es excelente. Puede decirse en este caso que el Scénic, con su plataforma compartida con el resto de los Mégane, es un auténtico referente en cuanto a rigor dinámico entre los de su clase.
Buen maletero
Muy suave en su dirección de asistencia eléctrica, algo que se agradece sobre todo conduciendo por ciudad, el Scénic se deja conducir a lo largo de los kilómetros, transmitiendo precisión y seguridad. La buena filtración de las suspensiones, deja sin embargo en evidencia algún ruido aerodinámico que en ocasiones enturbia la comodidad de marcha.
En un principio, los 110 Cv del pequeño motor 1.5 dCi no parecen suficientes para mover con soltura los 1.430 kg del Scénic. Pero la verdad es que gracias a unas buenas respuestas a bajo régimen y a una sorprendente elasticidad podemos movernos con soltura por la ciudad.
Sin embargo, al viajar por carretera y sobre todo afrontando desniveles, el Scénic 1.5 dCi se ve penalizado por unos desarrollos finales de transmisión demasiado largos, que obligan a recurrir con frecuencia al cambio para poder mantener el régimen adecuado. Eso sí, el consumo se mantiene siempre por debajo de los seis litros a los 100 kilómetros dada la sobriedad de este 1.5 dCi. No obstante, si se va a viajar mucho con el Scénic, es más recomendable para ello optar por la versión superior 1.6 dCi de 130 CV.
En cuanto al interior, el Scénic ha perdido algo de habitabilidad respecto a su antecesor, seguramente en tributo al mayor atractivo estético de su carrocería. Con cotas interiores por debajo por ejemplo de su gran rival el Citroën C4 Picasso, el Scénic de cuarta generación crece sin embargo en cuanto a su accesible maletero que alcanza ahora un buen volumen útil de 506 litros, aportando además el sistema de plegado automático del respaldo posterior 'One Touch' para conseguir mayor espacio de carga cuando se necesite.
Por otro lado, el nuevo Scénic compensa su pérdida de espacio en el interior con una mejor disposición de espacios prácticos, como la gran guantera refrigerada de 11 litros de capacidad, las mesitas desplegables en los asientos posteriores o una mayor ergonomía para el conductor tras el volante.
Ficha técnica
Motor: diésel, 4 cil, 1.461 cc
Potencia: 110 CV a 4.000 rpm
Par motor: 260 Nm a 1.750 rpm
Consumo mixto oficial: 4,2 l/100 km
Transmisión: manual, 6 velocidades
Maletero: 506 litros
Velocidad máxima: 183 km/h
Aceleración 0-100 km/h: 12,4 segundos
Precio: 25.000 euros
Lo más destacable
-Estética
-Comportamiento
-Consumo
Lo mejorable
-Habitabilidad de las plazas posteriores
-Sonoridad aerodinámica
-Recuperaciones en carretera