Pruebas

Prueba del Range Rover Evoque Convertible: ¿quién dijo que los descapotables son para el verano?


    Juan Luis Soto

    Nunca ha sido fácil descapotar a los coches de todo terreno. A los problemas mecánicos y estructurales hay que sumar la dificultad de conseguir una estética aceptablemente atractiva. Ha habido ejemplos anteriores (Land Rover, Jeep, Mercedes, Suzuki...), pero con resultados claramente menos sofisticados y con soluciones de capota bastante más rudimentarias que las ofrecidas ahora por el llamativo Range Rover.

    El codiciado Evoque se ha atrevido con el reto de hacer un SUV abierto y el resultado es sorprendente en todos los sentidos. Con más de medio millón de unidades vendidas por todo el mundo, el fenómeno Evoque no podía fallar y el esfuerzo invertido en el desarrollo de su versión tres puertas en Convertible ha creado un coche tan especial como único en su clase. Eso sí, a un precio reservado para los más afortunados y caprichosos.

    Centrándonos en la gran diferencia que aporta este nuevo miembro de la gama Evoque, vemos que Range Rover ha resuelto del problema de descapotarlo con la misma elegancia que eficacia. Se trata de una robusta y hermética cubierta textil multicapa, que se repliega de forma automática en 18 segundos actuando sobre un botón de la consola.

    Esta operación puede realizarse además con el coche en marcha hasta una velocidad de 48 km/h y la capota queda perfectamente alojada e invisible en un vano posterior a las plazas traseras, en el interior del maletero. Eso sí robándole un tercio de su capacidad original (quedándose en 251 litros), aunque sigue ofreciendo la posibilidad de una trampilla para poder transportar los esquíes o algún otro objeto largo.

    La afilada silueta del Evoque queda entonces enfatizada, sin montantes que sobresalgan de los laterales, excepto el parabrisas, aportando una gran sensación de libertad. La seguridad ante un posible vuelco queda garantizada con unos arcos escondidos tras los pasajeros posteriores y que se despliegan en caso de necesidad mediante un mecanismo pirotécnico que los activa en tan sólo 46 milisegundos.

    Bien estudiado desde el punto de vista aerodinámico y conservando las eficaces suspensiones del modelo del que deriva, el Evoque Convertible es un coche excelente para disfrutar de la conducción descapotada. Sin turbulencias excesivas en las plazas delanteras y con una potente calefacción para los días más fríos, el Range Rover invita a descubrirnos en cuanto surja la ocasión.

    Cómodo, pero no deportivo

    Ya en carretera, la primera impresión del Evoque Convertible no engaña. Su comportamiento y reacciones indican desde un principio que su ritmo preferido es el del agradable paseo. Para poder prescindir del techo, la carrocería se ha reforzado, algo necesario para garantizar la rigidez estructural en un SUV que tanto puede rodar por asfalto como por terrenos abruptos. Además el Convertible suma todo el mecanismo electrohidráulico de descapotado, que también pesa lo suyo, con lo cual pesa 252 kilos más que la versión cerrada. Esta característica resta cualidades dinámicas al Evoque que, además, presenta una suspensión y una dirección más enfocadas a la comodidad que a la deportividad.

    Las prestaciones del motor tampoco resultan demasiado enérgicas para su potencia (10,3 s en el 0 a 100 km/h), sobre todo en carreteras de montaña. Parte de la culpa es del cambio automático, suave en su actuación, pero lenta en cuanto al paso de marchas, sobre todo en comparación a otras cajas similares dotadas de doble embrague. Son todas ellas características que también perjudican directamente el consumo, que se estabiliza alrededor de los 8 litros a los 100 en un uso normal.

    Si en carretera el Evoque Convertible no nos impresiona particularmente, por el contrario fuera de ella nos reserva varias sorpresas. La marca británica tiene a bien conservar siempre su espíritu aventurero, aunque sea en modelos tan glamurosos como este. Y vaya si lo consigue puesto que la tracción total más el sistema de selección Terrain Response funciona a la perfección sobre cualquier tipo de terreno: roca, barro, arena, nieve,? Y a diferencia de la mayoría de los SUV, el Evoque se atreve sin complejos ante situaciones realmente complicadas gracias al trabajo de sus diferenciales y ESP adaptable.

    Sistemas como el descendedor automático de pendientes o el nuevo asistente de conducción en todo terreno ATPC (All Terrain Progression Control) ofrecen garantías al conductor de salir de algunos atolladeros bastante complicados fuera de la carretera. Y si en carretera no habíamos podido apreciar en todo lo que vale la rigidez de la carrocería descubierta, en el campo sí que se nota en el momento de máximas inclinaciones o de cruzar los ejes sobre un desnivel. Durante esas duras pruebas, comprobamos con satisfacción como la capota automática sigue funcionando con perfección milimétrica, prueba irrefutable de la solidez estructural del Evoque Convertible.

    Coche singular donde los haya, el Evoque Convertible exige un desembolso acorde con su exclusividad. Para empezar, su tarifa le sitúa unos 8.000 euros por encima de su hermano de gama de tres puertas y, si lo queremos equipado al máximo, tendremos que añadir otros 5.000 ó 6.000 euros de también caras opciones.

    Ficha técnica

    Motor: turbodiésel, 4 cil, 1.999 cc

    Potencia: 180 CV a 4.000 rpm

    Par motor: 430 Nm a 1.750 rpm

    Consumo mixto oficial: 5,7 l/100 km

    Transmisión: automática, 9 velocidades

    Maletero: 251 litros

    Velocidad máxima: 195 km/h

    Aceleración 0-100 km/h: 10,3 segundos

    Precio: 64.600 euros

    Lo más destacable

    -Polivalencia como coche habitual

    -Comodidad de marcha

    -Estética sin igual

    Lo mejorable

    -Precio elevado y opciones caras

    -Cambio automático lento

    -Capacidad del maletero y visibilidad posterior




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