Pruebas

Opel Karl 1.0 75 CV: ante todo práctico

    Opel Karl

    Juan Luis Soto

    De menor tamaño y de diseño más básico que el Adam, el Opel Karl llegó el año pasado para sustituir al Agila. Se trata, pues, del modelo de acceso a la marca, con clara vocación ciudadana y con unos planteamientos eminentemente prácticos.

    A diferencia del Agila, que era un pequeño monovolumen, el Karl pertenece al planteamiento de una carrocería compacta polivalente. De hecho, se trata de un compacto en miniatura ya que mide de largo tan sólo 3,68 metros. Su diseño, con los rasgos característicos de sus hermanos mayores y los faros que recuerdan a los del Corsa, no hacen sino reforzar esta idea de que estamos ante un coche de mayor tamaño. Sobre todo si lo miramos por delante ya que su corta trasera parece haber ido modelada a cuchilla.

    El tamaño reducido del Karl tampoco es óbice para que nos encontremos un interior que nos decepcione. Con una sola configuración de cinco puertas, la carrocería se muestra accesible y con una capacidad bien conseguida dadas las dimensiones del vehículo y que, al contrario de su hermano mayor, el Adam, permite una banqueta posterior que está homologada para tres pasajeros.

    Conectado por 'mirror link'

    Esta cualidad permite al Karl ser una excelente opción como coche para poder ser utilizado por dos adultos y tres niños. Desearíamos en este aspecto algún detalle en cuanto a la modularidad, como un asiento trasero corredizo para aumentar la capacidad del maletero como poseen alguno de sus rivales. Eso sí, abatiendo los respaldos el minúsculo Karl consigue ser capaz de unos 1.000 litros de capacidad, de los mayores de su segmento.

    Su interior, sencillo pero agradable a la vista, es también práctico y funcional con algún detalle de agradecer como los espacios para llevar objetos o la bandeja tapizada de goma antideslizante encima de la guantera, idónea para colocar el teléfono. Los plásticos del guarnecido son duros y de calidad aceptable, aunque su presentación y ensamblado dan buena impresión y hacen al Karl atractivo a la vista.

    La pantalla táctil de 7 pulgadas, el sistema de conectividad 'mirror link' y las diversas tomas para dispositivos dotan al coche de la tecnología requerida ahora en este campo.

    La posición de conducción algo elevada, algo que viene muy bien para ver mejor el tráfico ciudadano, es cómoda aunque emprendamos con el Karl trayectos de largas distancias. La conducción urbana se hace fácil por la agilidad y manejabilidad del pequeño Opel y que dispone del sistema City para hacer más suave la dirección; mientras que en carretera nos sorprende con una disposición de pequeño compacto polivalente.

    El chasis se muestra sobrado de estabilidad en todo momento, ya que la única motorización de 75 CV no llega en ningún momento a ponerlo en dificultades. La nueva arquitectura de suspensiones desarrollada por General Motors es notablemente eficaz en dos sentidos: aportar un buen confort a los ocupantes y garantizar un comportamiento muy riguroso, de lo mejor que hemos probado en el segmento.

    Versátil y equipado

    Teníamos nuestras dudas sobre si una mecánica tan modesta en cuanto a potencia no nos iba a defraudar a los pocos kilómetros. Pero las buenas sensaciones del chasis son extensivas al tricilíndrico de gasolina utilizado por la marca igualmente en el Adam y el Corsa. Atmosférico, sencillo y muy silencioso, el pequeño motor construido íntegramente en aluminio sorprende por su gran elasticidad y suave respuesta. En este apartado, el Karl también marca la referencia respecto a sus rivales downsizing.

    Incluso sin el concurso de un turbocompresor, podemos salir de la ciudad y emprender viajes con unos resultados más que honestos. Sólo en las recuperaciones, sobre todo si vamos cargados, se nos hará escasa la potencia. El buen funcionamiento del agradable cambio de marchas ayuda por su parte a sacarle todo su rendimiento al motor y a mantener muy bajo el consumo que, en condiciones de uso real, es fácil que quede por debajo de 6 litros a los 100 kilómetros.

    Otra sorpresa que nos depara el discreto Karl es sus posibilidades de equipamiento, tan avanzado y completo como el de otros coches de segmentos superiores. Alerta de cambio de carril, control automático de velocidad, techo practicable, o volante y asientos con calefacción son ejemplos por lo general insólitos en un coche tan pequeño.

    En fin, no hay que precipitarse a la hora de juzgar al Karl. Su tamaño y su discreto diseño no dejan adivinar que es un coche muy completo y con diversas cualidades por encima de lo habitual en su segmento.

    Lo más destacable

    - Motor silencioso

    - Comodidad de suspensiones

    - Equipamiento tecnológico

    Lo mejorable

    - Recuperaciones en carretera

    - Gama restringida

    - Volante sin regulación de profundidad

    Ficha técnica

    Motor: gasolina, 999 cc

    Potencia: 75 CV a 6.500 rpm

    Par motor: 96 Nm a 4.500 rpm

    Consumo mixto oficial: 4,5 l/100 km

    Transmisión: manual, 5 velocidades

    Maletero: 190/985 litros

    Velocidad máxima: 170 km/h

    Aceleración 0-100 km/h: 13,9 segundos

    Precio: 10.910 euros




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